Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Tribu de Manases (17:1-6).
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La tribu de Manases tuvo este territorio, pues era el primogénito de José. Maquir, primogénito de Manases y padre de Galaad, había recibido Galaad y Basan, pues era hombre de guerra. 2
También fue atribuida una parte a los otros hijos de Manases, según sus familias: a los hijos de Abezier, a los hijos de Elec, a los hijos de Esriel, a los hijos de Siquem, a los hijos de Jefer y a los hijos de Semida; éstos eran los hijos varones de Manases, hijo de José, según sus familias. 3
Salfad, hijo de Jefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manases, no tuvo hijos, sino hijas, cuyos nombres son: Majla, Noa, Jogla, Milca y Tirsa. 4
Presentáronse a Eleazar, sacerdote, delante de Josué, hijo de Nun, y delante de los príncipes, y dijeron: Yahvé mandó a Moisés que nos diera heredad en medio de nuestros hermanos. Se les dio, pues, según el mandato de Yahvé, heredad en medio de los hermanos de su padre. 5
Tocaron a Manases diez suertes, además del territorio de Galaad y de Basan, que está al otro lado del Jordán, 6
pues las hijas de Manases tuvieron su heredad entre los hijos; la tierra de Galaad fue para los otros hijos de Manases.
Era lógico que el autor sagrado, que antes (13:7-13; 29-31) había señalado el emplazamiento de media tribu de Manases en Trans-jordania, se circunscribiera a señalar la porción que le cupo en suerte a la otra mitad en la región cisjordánica; pero insiste sobre los clanes de Manases y su distribución en una y otra parte del Jordán. Los datos sobre la descendencia de Manases deben completarse con los que figuran en
Num_26:29-34;
Num_27:1-4;
1Cr_7:10 Maquir fue, o bien hijo único de Manases (
Gen_50:23; fin 26:29), o el primogénito. A Galaad, hijo de Maquir, hombre errero, se le entregó Galaad y Basan; a los otros descendientes A
Manases se les asignaron territorios en el lado de acá del Jordán. Sifad murió sin descendencia masculina, y sus hijas pidieron a Ivloisés una heredad entre sus hermanos. Moisés creyó justa su petición, y a este fin introdujo una excepción a la ley común entre
los antiguos, y aun en el Oriente moderno, según la cual las hijas ocupan ante el derecho un lugar inferior al de los hijos, sin derecho a la herencia paterna. Si uno muriere sin dejar hijos, haréis pasar su herencia a su hija (
Num_27:8). Como en
Num_27:2 se nombra a Eleazar (
Num_14:1), que aparece al lado de Moisés; en nuestro texto se le asocia a Josué.
Límites de la porción cisjordánica de Manases (Num_17:7-13).
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La frontera de Manases partía de Aser hacia Micmetat, que está junto a Siquem, e iba después a derecha hacia los habitantes de Em-Tafuaj; 8
el territorio de Tafuaj tocó a Manases; pero Tafuaj, en la frontera de Manases, fue para los hijos de Efraím; 9
bajaba la frontera del torrente de Cana hasta el medio del torrente. Las ciudades de este territorio que tocaron a Efraím estaban en medio de las ciudades de Manases. La frontera de Manases pasaba al norte del torrente y terminaba en el mar; 10
el territorio al mediodía era de Efraím, y el del norte de Manases, y su término era el mar; hacia el norte tocaban con Aser, hacia oriente con Isacar. 11
Manases tuvo en los territorios de Isacar y de Aser: Betsán y las ciudades que de ella dependen; Jeblam y las ciudades de su dependencia; los habitantes de Dor y las ciudades de su dependencia; los habitantes de Endor y las ciudades de su dependencia; los habitantes de Tanac y las ciudades de su dependencia, y los habitantes de Megiddo y las ciudades de su dependencia. 12
Los hijos de Manases no pudieron expulsar a los habitantes de estas ciudades, y continuó el cananeo habitando en aquella tierra; 13
sometieron a los cananeos a tributo, pero no los expulsaron.
La frontera meridional de Manases se confundía con los límites septentrionales de Efraím, y algunas ciudades de esta tribu estaban enclavadas en el territorio de su hermano. La frontera septentrional confinaba con Aser, y la oriental con Isacar. Teóricamente, Manases ejercía su dominio sobre un número de ciudades fortificadas situadas en el territorio de las dos tribus mencionadas. El texto hebreo cita seis ciudades, con sus dependencias; Betsán Que 1:27), Jeblam, hoy
Jirbet Belame, a dos kilómetros al norte de Genin; Endor, al sur del Tabor; Tanac y Megiddo (12:21); los LXX sólo citan tres ciudades: Betsán, Dor, Megiddo. Es muy probable que Jeblam Dor fueran introducidas en el texto por influencia de
Jue_1:27 y Que posteriormente se añadiera Endor. Estas ciudades resistieron a Manases, y la convivencia con sus habitantes fue piedra de escándalo para los israelitas. Más tarde las redujeron a tributo, pero no expulsaron a sus habitantes. E. Sellin exploró Tell Taanac durante los años 1902-1904, encontrando gran cantidad de material a partir de los años 2000 antes de Jesucristo. Durante los años 1903-1905, G. Schumacher exploró la vecina ciudad de Megiddo (
Telfel-Mu-tesselim),
cuyas excavaciones reanudó el Instituto Oriental de la Universidad de Chicago desde 1925-1939. Los tiempos áureos de la ciudad fueron los del Bronce medio. De tiempos del Bronce reciente apareció un palacio real con muchos objetos de marfil. El hallazgo de los establos de la caballería ilustra el período histórico de Salomón i. Tell Taanac hállase a diez kilómetros al norte de Genin, y Megiddo a dieciocho, en el límite meridional de la llanura de Esdrelón y al pie de la vertiente nordeste del Carmelo.
Queja de los hijos de José (Jue_17:14-18).
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Los hijos de José hablaron a Josué, diciendo: ¿Cómo nos has dado en heredad una sola suerte y una sola parte, a nosotros, que somos un pueblo numeroso, al que Yahvé ha bendecido hasta ahora? 15
Josué les dijo: Puesto que eres un pueblo numeroso, sube al monte y rotura una parte en la tierra de los fereceos y los refaím, ya que la montaña de Efraím te viene demasiado estrecha. 16
Los hijos de José dijeron: La montaña no nos basta, y todos los cananeos que habitan en el valle disponen de carros de hierro, lo mismo que los de Betsán y las ciudades de su dependencia y los que habitan el valle de Jezrael. 17
Josué respondió a la casa de José, a Efraím y Manases: Eres un pueblo numeroso, tu fuerza es mucha, no puedes tener una sola suerte, 18
pero la montaña será tuya; tú roturarás el bosque, y sus términos te pertenecerán; expulsarás a los cananeos, por carros de hierro que tengan y por fuertes que sean.
Esta perícopa refiere dos quejas presentadas a Josué en dos tiempos diferentes. La primera (v.16-18) tuvo lugar en un tiempo en que las dos tribus de Efraím y Manases formaban una unidad. La mención de las dos tribus en el v.17 es una glosa redaccional que falta en el texto griego. Los hijos de José no pueden desenvolverse en la herencia que les fue asignada, porque los cananeos ocupaban los valles, de donde no se les pudo arrojar por disponer ellos de carros de hierro Que 1:19; 4:3-13). Por lo mismo, se ven relegados a los montes, en donde faltaba tierra de cultivo. Josué les reconviene y les da a entender que no es cuestión de ensanchar los límites de su territorio, sino de explotar sus riquezas naturales, talar los bosques y convertirlos economicamente rentables.. Ya sea por indolencia o porque fracasaran en su empeño de arrojar a los cananeos, acuden de nuevo a Josué con sus lamentos (v.14-15), a los cuales responde Josué que, si la montaña de Efraím les viene dejado estrecha, vayan con sus hermanos de tribu al otro lado 4 Jordán, en la tierra de los fereceos (11:3) y de los refaím (12:4; 12
Gen_15:20), y que trabajen las tierras incultas de allí.