Efesios  6 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 24 versitos |
1 Ustedes, los hijos, obedezcan a sus padres como procede que lo hagan los creyentes º. º
2 El primer mandamiento que lleva consigo una promesa es precisamente este: Honra a tu padre y a tu madre, º
3 a fin de que seas feliz y vivas largos años sobre la tierra.
4 Y ustedes, los padres, no hagan de sus hijos unos resentidos; edúquenlos, más bien, instrúyanlos y corríjanlos como lo haría el Señor. º
5 Ustedes los esclavos deben acatar con profundo respeto º y lealtad de corazón las órdenes de sus amos temporales, como si de Cristo se tratara. º
6 No como alguien que se siente vigilado o en plan adulador, sino como esclavos de Cristo, que tratan de cumplir con esmero la voluntad de Dios.
7 Presten sus servicios de buen grado, teniendo como punto de mira al Señor y no a la gente.
8 Y recuerden que el Señor recompensará a cada uno según el bien que haya hecho, sin distinguir entre amo y esclavo.
9 En cuanto a ustedes, amos, traten a sus esclavos de igual manera º. Prescindan de amenazas y tengan en cuenta que tanto ustedes como ellos pertenecen a un mismo amo, que está en los cielos y no se presta a favoritismos. º
10

La lucha contra el mal

Sólo me resta desear que ustedes se mantengan fuertes, apoyados en el poder irresistible del Señor.
11 Utilicen todas las armas que Dios les proporciona, y así harán frente con éxito a las estratagemas del diablo º. º
12 Porque no estamos luchando contra enemigos de carne y hueso, sino contra las potencias invisibles que dominan en este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales del mal habitantes de un mundo supraterreno º.
13 Por eso es preciso que empuñen las armas que Dios les proporciona, a fin de que puedan mantenerse firmes en el momento crítico º y superar todas las dificultades sin ceder un palmo de terreno.
14 Estén, pues, listos para el combate: ceñida con la verdad la cintura, protegido el pecho con la coraza de la rectitud º º
15 y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz. º
16 Tengan siempre embrazado el escudo de la fe, para que en él se apaguen todas las flechas incendiarias del maligno.
17 Como casco, usen el de la salvación, y como espada, la del Espíritu, es decir, la palabra de Dios. º
18

Conclusión (6:18-24)

Orar siempre y por todos

Y todo esto háganlo orando y suplicando sin cesar bajo la guía del Espíritu; renuncien incluso al sueño, si es preciso, y oren con insistencia por todos los creyentes. º
19 Oren también por mí, para que Dios ponga en mis labios la palabra oportuna y pueda dar a conocer libre y valientemente el plan de Dios * encerrado en ese mensaje evangélico º, º
20 del que soy ahora un embajador encadenado º. Que Dios me conceda el valor de anunciarlo como debo. º
21

Despedida y bendición final

Para que estén enterados de cómo van mis cosas y de lo que estoy haciendo, los informará Tíquico *, mi querido hermano y fiel ayudante º en el Señor.
22 Se lo envío precisamente para que tengan noticias mías y para que al propio tiempo les levante el ánimo.
23 Que Dios Padre, y Jesucristo, el Señor, concedan a los hermanos paz, amor y fe.
24 Y que la gracia acompañe a cuantos aman a nuestro Señor Jesucristo con un amor indestructible º. º

Patrocinio

 
 

Introducción a Efesios 

INTRODUCCIÓN


1. Pablo y Éfeso


Éfeso era en tiempos de Pablo una de las ciudades más importantes y pobladas del Imperio. Capital de la provincia romana de Asia y residencia oficial del procónsul romano, gozaba de una situación de privilegio en la costa del mar Egeo. Estaba muy bien comunicada con las ciudades del interior y era sobre todo célebre por el magnífico templo levantado en honor de la diosa Artemisa (Diana entre los latinos), considerado en su tiempo como una de las siete maravillas del mundo (ver Hch 19:27-40).


Es casi seguro que ya existía en Éfeso una comunidad cristiana cuando Pablo se detuvo brevemente allí por primera vez al regreso de su segundo viaje misionero (Hch 18:19-21). Pero fue más tarde, en el curso de su tercer viaje, cuando hizo de Éfeso, durante casi tres años, el centro de su actividad apostólica (Hch 19:1Hch 20:1). Desde allí evangelizó, personalmente o por medio de colaboradores, numerosas ciudades de la comarca.


2. Marco histórico de la carta


La carta a los Efesios (en adelante se utilizara preferentemente la abreviatura Ef), junto con Filipenses, Colosenses y Filemón, forma parte del grupo que desde antiguo se ha denominado “cartas de la cautividad o desde la cautividad” porque en ellas aparece el autor en situación de encarcelado (ver Efe 3:1; Efe 4:1; Flp 1:7; Flp 1:12-14; Col 1:24; Col 2:1; Flm 1:1; Flm 1:9-10; Flm 1:13; Flm 1:23). Si, pues, realmente fue el propio Pablo el que escribió — o dictó — Ef, lo habría hecho encontrándose prisionero en Roma (o en Cesarea del Mar) y no antes del año 58 d. C. Además, algunos detalles de la carta — ausencia de saludos personales y falta de las palabras en Éfeso (Efe 1:1) en algunos importantes mss. — harían pensar en una carta dirigida no solamente a la comunidad de Éfeso, sino a las distintas iglesias cristianas de la región. Pablo la habría escrito para profundizar teológicamente en las relaciones entre Cristo y la Iglesia, y para resaltar el hecho de la unidad de los creyentes.


Pero tal vez las cosas no fueron así. El conjunto de peculiaridades de la carta ha sugerido a numerosos estudiosos modernos la posibilidad de que Ef no sea un escrito directamente paulino. Sería más bien obra de un discípulo de Pablo, profundo conocedor de sus cartas y su teología, que escribe bastantes años después de la muerte del Apóstol en lugar y fecha difíciles de precisar, aunque no lejos de la región de Éfeso ni después, como mucho, de la década de los 90. Estaríamos ante una de las cartas actualmente conocidas como “deuteropaulinas”, en las que discípulos de Pablo juzgan oportuno y conveniente servirse de la autoridad del maestro para explicar, defender y consolidar su enseñanza, que podía estar siendo tergiversada en ciertos ambientes. Esta posibilidad no está descartada con respecto a Ef, pero tampoco puede darse por segura. No faltan especialistas de distintas confesiones cristianas, que siguen sosteniendo la autenticidad estrictamente paulina de Ef. Estos autores responden a las dificultades que plantea la hipótesis de la autenticidad diciendo que Pablo la escribió en los últimos años de su vida cuando su pensamiento teológico había evolucionado sensiblemente, que las circunstancias y necesidades religiosas de los destinatarios eran notablemente distintas a las de las cartas anteriores y, sobre todo, que en la composición de esta carta se sirvió de un ayudante con amplia libertad de maniobra en cuanto a estructura, estilo y vocabulario.


3. La carta y sus peculiaridades


Lo primero que es preciso resaltar es su estrecha relación, tanto literaria como doctrinal, con la carta a los Colosenses. El parecido alcanza a detalles tales como hacer a Tíquico portador de ambas cartas (Efe 6:21-22; Col 4:7-8). Como es obvio, las explicaciones (y las consecuencias) de este hecho indiscutible son distintas según se considere o no a Pablo como el responsable directo tanto de Ef como de Colosenses. En todo caso, hay que suponer a Ef posterior a Colosenses y, si no es Pablo el autor de ambas, lo más probable es que estemos ante dos discípulos distintos del Apóstol.


Ef tiene externamente el aspecto de una carta y así ha sido leída y considerada desde siempre. Pero tiene también un cierto aire impersonal de ensayo y reflexión teológica que la distancian notablemente de las demás cartas paulinas. El estilo es solemne y redundante: abundan las frases enrevesadas y los períodos interminables, algunas imágenes adolecen de falta de claridad y las ideas no acaban de ordenarse de forma progresiva. Desde luego, en este aspecto no es el Pablo de la primera carta a los Corintios. Señalemos también la presencia de motivos litúrgicos, la afinidad con la traducción griega de los LXX y algunos contactos con los escritos de Qumrán.


4. Contenido de la carta


Una brevísima Introducción (Efe 1:1-2) da paso a la primera sección de la carta que tiene carácter teórico-doctrinal (Efe 1:3Efe 3:21). Integran esta sección: un himno de alabanza a Dios de clara dimensión trinitaria (Efe 1:3-14); una oración del autor de la carta en favor de sus lectores para que puedan comprender y reconocer el supremo señorío de Cristo sobre toda la creación (Efe 1:15-23); una reflexión sobre la gratuita y universal acción salvadora de Dios en Cristo (Efe 2:1-22); y, finalmente, la constatación solemne y agradecida de que Pablo ha sido elegido por Dios para anunciar a todas las naciones este plan divino de salvación (Efe 3:1-21).


La segunda sección (Efe 4:1Efe 6:20) es de índole más bien práctica, aunque siempre va acompañada de la correspondiente fundamentación teológica. Incluye: una exhortación a la unidad dentro de la Iglesia, sin menoscabo de la diversidad de dones del Espíritu (Efe 4:1-13); una invitación al crecimiento espiritual y a vivir una nueva vida en Cristo comportándose como hijos de la luz (Efe 4:14Efe 5:14); una serie de normas cristianas de conducta para la vida familiar y social (Efe 5:15Efe 6:9); y una sentida plegaria a favor de los lectores de la carta a fin de que luchen contra el mal con todos los medios — el autor los describe como “armas” — que Dios pone a su disposición (Efe 6:10-17).


Concluye la carta con una invitación a orar por todos — incluido el autor de la carta — y con una despedida escueta y solemne (Efe 6:18-24). Sorprende la ausencia total de saludos personales. Quienes sostienen que Pablo es el autor de la carta deberían explicar de forma satisfactoria y convincente este hecho, dado que el Apóstol mantuvo con la comunidad cristiana de Efeso estrechas y prolongadas relaciones.


5. Estructura de la carta


— Saludo (Efe 1:1-2)


I. — EL PLAN SALVADOR DE DIOS EN CRISTO (Efe 1:3Efe 3:21)


II. — LA VIDA NUEVA EN CRISTO (Efe 4:1Efe 6:17)


— Conclusión (Efe 6:18-24)


Fuente:

Patrocinio

Notas

Efesios  6,1— como procede que lo hagan los creyentes: Lit. obedezcan a sus padres en el Señor. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que varios mss. - algunos de importancia- no incluyen las palabras en el Señor.


Efesios  6,1Col 3:20-21.
Efesios  6,2Éxo 20:12; Deu 5:16; (ver Mat 15:4; Mar 7:10; Luc 18:20).
Efesios  6,4Deu 6:7; Deu 6:20-25; Pro 3:11-12; Pro 19:18; Heb 12:5-13.
Efesios  6,5Col 3:22-25; Col 4:1.
Efesios  6,5— con profundo respeto: Lit. con temor y temblor. Es esta una expresión peculiar y casi estereotipada para expresar sentimientos de respeto y veneración (ver 1Co 2:3; 2Co 7:15; Flp 2:12).
Efesios  6,9— de igual manera: El autor de la carta no rechaza de forma directa la esclavitud, pero establece los principios que llevarán a su abolición. Ver carta a Filemón.
Efesios  6,9Deu 10:17; Hch 10:34; Rom 2:11; Gál 2:6; Col 3:25; Stg 2:1; 1Pe 1:17.
Efesios  6,11— del diablo: Ver nota a Efe 4:27.
Efesios  6,11Rom 13:12; 2Co 2:7; 2Co 10:4; 1Ts 5:8.
Efesios  6,12— de un mundo supraterreno: Ver nota a Efe 2:2.
Efesios  6,13— en el momento crítico: Lit. en el día malo (ver Efe 5:16).
Efesios  6,14Isa 11:5; Isa 59:17; Sab 5:18.
Efesios  6,14— de la rectitud: Ver nota a Efe 4:24.
Efesios  6,15Isa 52:7 (ver Hch 10:36; Rom 10:15); Nah 1:15.
Efesios  6,17Isa 11:4; Isa 49:2; Isa 59:17; Ose 6:5; Apo 1:16.
Efesios  6,18Luc 18:1; Rom 12:12; Col 4:2; 1Ts 5:17.
Efesios  6,19Efe 3:3; Hch 4:29; Hch 28:31.
Efesios  6,19— plan de Dios: Lit. misterio. Ver nota a Efe 1:9.

— encerrado en ese mensaje evangélico: Lit. evangelio. Ver notas a Mar 1:1 y Rom 1:1. Varios mss., entre ellos alguno de valor, no incluyen estas palabras.
Efesios  6,20Efe 3:1; Efe 4:1; 2Co 5:20; Flp 1:7; Flp 1:13; Col 4:18; Flm 1:9.
Efesios  6,20— encadenado: Ver Introducción a la carta, apartado 2.
Efesios  6,21— Tíquico: Personaje mencionado también en Hch 20:4; Col 4:7; 2Ti 4:12 y Tit 3:12. Su presencia aquí contribuye a dar tintes paulinos a la carta en la que, por otra parte, extraña la ausencia de saludos para otros cristianos de Éfeso, lugar donde Pablo pasó largo tiempo evangelizando.

— ayudante. Lit. diácono. Ver nota a Efe 3:7.
Efesios  6,241Pe 1:8.
Efesios  6,24— un amor indestructible: También puede traducirse: Y que la gracia y la inmortalidad acompañen a cuantos aman a nuestro Señor Jesucristo.