I Timoteo 1 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 20 versitos |
1 Pablo, Apóstol de Jesucristo por mandato de Dios, nuestro Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza,
2 saluda a Timoteo, su verdadero hijo en la fe. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor.
3 Al partir para Macedonia, te pedí que permanecieras en Éfeso, para impedir que cierta gente enseñara doctrinas extrañas
4 y prestara atención a mitos y genealogías interminables. Estas cosas no hacen más que provocar discusiones inútiles, en lugar de servir al designio de Dios fundado sobre la fe.
5 Te hice este pedido con el fin de suscitar el amor que brota de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera.
6 Por haberse apartado de esto, algunos terminaron en pura palabrería
7 y, pretendiendo ser maestros de la Ley, en realidad no saben lo que dicen ni lo que afirman con tanta seguridad.
8 Ya sabemos que la Ley es buena, si se la usa debidamente,
9 es decir, si se tiene en cuenta que no fue establecida para los justos, sino para los malvados y los rebeldes, para los impíos y pecadores, los sacrílegos y profanadores, los parricidas y matricidas, los asesinos,
10 los impúdicos y pervertidos, los traficantes de seres humanos, los tramposos y los perjuros. En una palabra, la Ley está contra todo lo que se opone a la sana doctrina
11 del Evangelio que me ha sido confiado, y que nos revela la gloria del bienaventurado Dios.
12 Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, porque me ha fortalecido y me ha considerado digno de confianza, llamándome a su servicio
13 a pesar de mis blasfemias, persecuciones e insolencias anteriores. Pero fui tratado con misericordia, porque cuando no tenía fe, actuaba así por ignorancia.
14 Y sobreabundó a mí la gracia de nuestro Señor, junto con la fe y el amor de Cristo Jesús.
15 Es doctrina cierta y digna de fe que Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el peor de ellos.
16 Si encontré misericordia, fue para que Jesucristo demostrara en mí toda su paciencia, poniéndome como ejemplo de los que van a creer en él para alcanzar la Vida eterna.
17 ¡Al Rey eterno y universal, al Dios incorruptible, invisible y único, honor y gloria por los siglos de los siglos! Amén.
18 Hijo mío, te hago esta recomendación, conforme a lo que se dijo de ti por inspiración de Dios, a fin de que luches valientemente,
19 conservando la fe y la buena conciencia. Por no haber tenido una buena conciencia algunos fracasaron en la fe,
20 entre otros, Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendieran a no blasfemar.

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Introducción a I Timoteo


PRIMERA CARTA A TIMOTEO

Las Cartas dirigidas a Timoteo y a Tito forman un grupo homogéneo dentro de la colección de los escritos paulinos. Sus destinatarios eran dos íntimos colaboradores de Pablo, que necesitaban directivas concretas sobre la organización y el gobierno de las comunidades que él les había confiado, por lo cual reciben el título de "Cartas pastorales". Además, las tres están redactadas en un mismo tenor, combaten los mismos errores y reflejan una etapa más evolucionada en la organización interna de las comunidades cristianas. Pero, por su vocabulario y su estilo, estas Cartas difieren notablemente de las otras atribuidas al Apóstol. Esto hace presumir que no fue él mismo quien les dio su forma literaria, sino que fueron redactadas por alguno de sus discípulos.
La PRIMERA CARTA A TIMOTEO -a quien Pablo llama afectuosamente "hermano nuestro y colaborador de Dios en el anuncio de la Buena Noticia de Cristo" ( 1Th_3:2 )- contiene una serie de recomendaciones prácticas sobre la necesidad de conservar y transmitir con fidelidad la tradición apostólica ( 1Th_6:20 ), sobre los criterios que deben regir la elección de los ministros de la comunidad ( 1Th_3:1-13 ) y acerca de las obligaciones de Timoteo con respecto a las diversas categorías de fieles: ancianos y jóvenes ( 1Th_5:1-2 ), viudas ( 1Th_5:3-16 ), presbíteros ( 1Th_5:17-22 ) y esclavos ( 1Th_6:1-2 ). En particular, Pablo inculca a su discípulo la necesidad de combatir a los que enseñan "doctrinas extrañas" ( 1Th_1:3 ), y lo exhorta a practicar la piedad y el desinterés pastoral, para mantenerse "sin mancha e irreprensible hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo" ( 1Th_6:14 ).

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

I Timoteo 1,1-20

2. Ver Hec_16:1.

9. La Ley "no fue establecida para los justos": esta expresión significa que la Ley interviene para reprimir un desorden existente (Rom. 7). El que es verdaderamente justo está animado en su interior por el amor, que es la plenitud de la Ley, y por eso obra el bien espontáneamente, sin necesidad de ser coaccionado o sancionado por ningún precepto. Ver Rom_13:8-10; Gal_5:14.

15. "Es doctrina cierta y digna de fe": expresión característica de las Cartas pastorales, que sirve para llamar la atención sobre fórmulas catequéticas o litúrgicas que deben ser retenidas cuidadosamente, porque expresan con precisión algún tema importante de la fe cristiana.

20. "A quienes entregué a Satanás": ver nota 1Co_5:5.