Job  37, 1-7

Ante esto se estremece mi corazón, salta incluso fuera de su sitio. Escuchen atentos el fragor de su voz º, el estruendo que sale de su boca; envía su rayo por debajo del cielo y alcanza los confines de la tierra; truena tras él su voz, resuena de forma majestuosa; después de escuchar su voz, ninguno le sigue la pista. Atruena Dios con su voz prodigiosa, hace maravillas que ignoramos. º Ordena a la nieve: “Cae a tierra”, y al aguacero: “Llueve con fuerza”; de esta manera frena el trabajo humano para que todos reconozcan sus obras º.
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