Oseas  1, 1-11

Título

Palabra que el Señor dirigió a oseas, hijo de Beerí, en tiempos de Ozías, Jotán, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá, y en tiempo de Jeroboán º, hijo de Joás, rey de Israel.

La familia del profeta, símbolo de las relaciones entre Dios y el pueblo (1:2—3:5)

La experiencia del profeta

Comienzo de la palabra del Señor por medio de oseas. El Señor dijo a oseas: — Anda, cásate con una prostituta y engendra hijos de prostitución, porque el país se ha prostituido º, apartándose del Señor. º Él fue y se casó con Gómer, hija de Dibláin, la cual concibió y le dio a luz un hijo. Entonces el Señor le dijo: — Ponle de nombre Jezrael porque dentro de poco pediré cuentas a la familia de Jehú por los crímenes de Jezrael º y pondré fin al Reino de Israel. º En ese día romperé el arco de Israel en el valle de Jezrael. Concibió de nuevo Gómer y dio a luz una hija. El Señor dijo a oseas: — Ponle de nombre Lo-Rujama —es decir, No-Amada * —, porque no amaré a Israel en adelante, ni lo soportaré más º. Sin embargo a la casa de Judá la amaré y los salvaré por el honor del Señor su Dios. No los salvaré por medio de arco, espada o guerra, ni por medio de caballos o jinetes. º Apenas había destetado a Lo-Rujama cuando concibió y dio a luz otro hijo. El Señor dijo: — Ponle por nombre Lo-Ammí —No-Mi pueblo— º porque ustedes no son mi pueblo, ni yo existo para ustedes º. º (2:1)

Promesa de felicidad

Los israelitas serán tantos como la arena del mar que no se cuenta ni se mide. Y en aquel lugar no se los llamará más No-Mi-Pueblo, sino Hijos del Dios vivo. º (2:2) Los hijos de Judá y los hijos de Israel se reunirán, tendrán un solo jefe y desbordarán de la tierra porque será grande el día de Jezrael º. º
Ver contexto