Genesis 38, 25-28

Pero, cuando ya la sacaban, envió ella un recado a su suegro: «Del hombre a quien pertenece esto estoy encinta», y añadía: «Examina, por favor, de quién es este sello, este cordón y este bastón.» Judá lo reconoció y dijo: «Ella tiene más razón que yo, porque la verdad es que no la he dado por mujer a mi hijo Selá.» Y nunca más volvió a tener trato con ella.
Al tiempo del parto resultó que tenía dos mellizos en el vientre. Y ocurrió que, durante el parto, uno de ellos sacó la mano, y la partera lo agarró y le ató una cinta escarlata a la mano, diciendo: «Éste ha salido primero.»
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