Daniel  8, 11-14

Llegó incluso hasta el Jefe del ejército, suprimió el sacrificio perpetuo y socavó los cimientos de su santuario. Le entregaron el ejército, en lugar del sacrificio instauró la iniquidad y tiró por tierra la verdad; y en todo cuanto emprendió tuvo éxito.
Oí entonces a un santo que hablaba, y a otro santo que le preguntaba: «¿Cuándo tiempo durará la visión: el sacrificio perpetuo, la iniquidad desoladora, el santuario y el ejército pisoteados?» El otro respondió: «Dos mil trescientas tardes y mañanas; después el santuario será rehabilitado.»
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