Eclesiástico 12, 4-7

Da al hombre piadoso,
pero no ayudes al pecador.
Haz el bien al humilde,
pero no des nada al malvado;
niégale el pan, no se lo des,
porque podría utilizarlo para dominarte,
y tú recibirías el doble de mal
por el bien que le habrías hecho.
Que también el Altísimo odia a los pecadores,
y dará a los malvados el castigo que merecen.
Da al hombre bueno,
pero no ayudes al pecador.
Ver contexto