Deuteronomio  12, 4-28

No procederéis así respecto de Yahvé vuestro Dios, pues sólo iréis a buscarle al lugar que Yahvé vuestro Dios elija, de entre todas las tribus, para establecer allí su nombre y su morada. Allí llevaréis vuestros holocaustos y vuestros sacrificios de comunión, vuestros diezmos y los presentes de vuestras manos, vuestros votos y vuestras ofrendas voluntarias, los primogénitos de vuestro ganado mayor y de vuestro ganado menor. Allí comeréis en presencia de Yahvé vuestro Dios y celebraréis fiesta, vosotros y vuestras familias, por toda empresa en que Yahvé tu Dios te haya bendecido*. No haréis entonces lo que parezca bien a cada cual, como hacemos nosotros aquí hoy. Si obráis así es porque todavía no habéis llegado al lugar de descanso y a la heredad que Yahvé tu Dios te da. Pero cuando paséis el Jordán y habitéis en la tierra que Yahvé vuestro Dios ha decidido daros en herencia, cuando él os haya puesto al abrigo de todos vuestros enemigos de alrededor y viváis con tranquilidad, llevaréis al lugar elegido por Yahvé vuestro Dios para morada de su nombre todo lo que yo os prescribo: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios de comunión, vuestros diezmos y los presentes de vuestras manos, y lo más selecto de los votos que hayáis ofrecido a Yahvé; y lo festejaréis en presencia de Yahvé, vosotros, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, así como el levita que vive en vuestras ciudades, ya que no tiene parte ni heredad con vosotros. Guárdate de ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar sagrado que veas; sólo ofrecerás tus holocaustos en el lugar que Yahvé elija en una de tus tribus, y sólo allí pondrás en práctica todo lo que yo te mando. Sin embargo, siempre que lo desees, podrás matar animales y comer su carne en cualquiera de tus ciudades, como bendición que te ha concedido Yahvé tu Dios. La podrán comer tanto el puro como el impuro, como se come la gacela o el ciervo*. Pero no podréis comer la sangre; la derramarás por tierra, como el agua. No podrás comer en tus ciudades el diezmo de tu trigo, de tu mosto o de tu aceite, ni los primogénitos de tu ganado mayor o de tu ganado menor, ni ninguno de los votos que hayas ofrecido, ni tus ofrendas voluntarias, ni los presentes de tus manos. Los comerás en presencia de Yahvé tu Dios, en el lugar que haya elegido Yahvé tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive en tus ciudades. Y celebrarás fiesta en presencia de Yahvé tu Dios por todas tus empresas. Guárdate de dejar abandonado al levita mientras vivas en tu suelo. Cuando Yahvé tu Dios haya ensanchado tus fronteras, como te ha prometido, y te entren deseos de comer carne, podrás hacerlo siempre que lo desees. Si te queda demasiado lejos el lugar que elija Yahvé tu Dios para establecer allí su nombre, podrás matar reses del ganado mayor y menor que Yahvé te haya concedido, del modo que yo te he prescrito; y podrás comerlo en tus ciudades a la medida de tus deseos. Lo comerás exactamente como se come la gacela o el ciervo; y podrán comerlo tanto el puro como el impuro. Pero cuidado con comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no puedes comer la vida con la carne. No la comerás, sino que la derramarás por tierra, como agua. No la comerás, para que te vaya bien a ti y después a tu hijo, porque habrás hecho lo que Yahvé considera recto. En cambio, llevarás al lugar que Yahvé haya elegido las cosas sagradas que tengas y las que hayas prometido con voto. Ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Yahvé tu Dios. La sangre de tus sacrificios de comunión será derramada sobre el altar de Yahvé tu Dios, pero tú podrás comer la carne. Observa y escucha todas estas cosas que yo te mando, para que siempre te vaya bien a ti y después a tu hijo, si haces lo que Yahvé tu Dios considera bueno y recto.
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