Romanos  2, 3-6

Y si tú, que juzgas a los que cometen tales cosas, haces lo mismo que ellos, ¿piensas que vas a escapar al juicio de Dios? ¿O desprecias, tal vez, sus tesoros de bondad, paciencia y tolerancia, sin reconocer que esa bondad de Dios te impulsa a la conversión? Por tu cerrazón de mente y tu carácter impenitente vas atesorando contra ti ira para el día de la ira, cuando se revele el justo juicio de Dios, quien dará a cada cual según sus obras*.
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