Hechos 2, 44-47
“
Los creyentes estaban todos unidos y poseían todo en común. Vendían bienes y posesiones y las repartían según la necesidad de cada uno. A diario acudían fielmente e íntimamente unidos al templo; en sus casas partían el pan, compartían la comida con alegría y sencillez sincera. Alababan a Dios y todo el mundo los estimaba.
El Señor iba incorporando a la comunidad a cuantos se iban salvando. ”
El Señor iba incorporando a la comunidad a cuantos se iban salvando. ”