Juan  20, 19-26


Aparición a los discípulos
cfr. Mt 28,16-20; Mc 16,14-20

Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos con las puertas bien cerradas, por miedo a los judíos.
Llegó Jesús, se colocó en medio y les dice:
– La paz esté con ustedes. Después de decir esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron al ver al Señor. Jesús repitió:
– La paz esté con ustedes. Como el Padre me envió, así yo los envío a ustedes. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió:
– Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados les quedarán perdonados; a quienes se los retengan les quedarán retenidos. Tomás, llamado Mellizo, uno de los Doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían:
– Hemos visto al Señor.
Él replicó:
– Si no veo en sus manos la marca de los clavos, si no meto el dedo en el lugar de los clavos, y la mano por su costado, no creeré. A los ocho días estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa y Tomás con ellos.
Se presentó Jesús a pesar de estar las puertas cerradas, se colocó en medio y les dijo:
– La paz esté con ustedes.
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