Sabiduría 7, 22-30


Reflejo de la luz eterna

En ella hay un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, ágil,
penetrante, inmaculado, transparente, invulnerable, bondadoso, agudo, independiente, benéfico, amigo del hombre, firme, seguro, sereno,
que todo lo puede, que todo lo vigila, que en todos los espíritus penetra,
en los inteligentes, en los puros, en los sutilísimos. La Sabiduría es más móvil que cualquier movimiento,
y, en virtud de su pureza, lo atraviesa y lo penetra todo; porque es exhalación del poder divino,
emanación purísima de la gloria del Omnipotente,
por eso nada inmundo se le pega. Es reflejo de la luz eterna,
espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad. Siendo una sola, todo lo puede; sin cambiar en nada, renueva el universo,
y, entrando en las almas buenas de cada generación,
va haciendo amigos de Dios y profetas; pues Dios ama sólo a quien convive con la Sabiduría. Es más bella que el sol y que todas las constelaciones,
comparada a la luz del día, sale ganando, pues a éste lo releva la noche,
mientras que a la Sabiduría no la puede el mal.
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