I Corintios 15, 8-10

al último de todos, como a un aborto, se me apareció también a mí. Yo soy el menor de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí; al contrario, trabajé más que todos ellos, no precisamente yo, sino la gracia de Dios, que está conmigo.
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