Colosenses 2, 1-10

para que se consuelen sus corazones, caminando unidos en amor y tendiendo hacia toda la riqueza de la plenitud de la inteligencia, al profundo conocimiento del misterio de Dios, Cristo, en quien se encuentran, escondidos, todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Esto os digo: que ninguno os engañe con discursos especiosos; pues si estoy ausente corporalmente, en espíritu estoy presente entre vosotros, y con alegría veo vuestra disciplina y la solidez de vuestra fe en Cristo. Así pues, tal como habéis recibido a Cristo Jesús, el Señor, caminad en él, arraigados y sobreedificados en él y asidos en la fe, según se os enseñó, prodigando la acción de gracias. Cuidad de que no haya nadie que haga de vosotros fácil presa por medio de la filosofía y de vanos enredos según la tradición de los hombres, según los elementos del mundo, y no según Cristo. Porque en él reside toda la plenitud de la divinidad corporalmente, y vosotros habéis sido colmados en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
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