Colosenses 3, 22-25

Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos según la carne, no con un servicio hecho para ser vistos, como quien agrada a los hombres, sino con sencillez de corazón, por el temor del Señor. Lo que hagáis, hacedlo con toda el alma, como para el Señor, y no para los hombres, seguros de que recibiréis del Señor la retribución de la herencia. Es a Cristo, el Señor, a quien servís. Pero el que cometa injusticia recibirá conforme al daño que hizo. No hay acepción de personas.
Ver contexto