Genesis 14, 17-20

Cuando volvía, después de derrotar a Kedorlaómer y a los reyes coaligados con él, el rey de Sodoma le salió al encuentro al valle de Savé, que es el valle del rey. Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino, pues era sacerdote del Dios Altísimo, y bendijo a Abram diciéndole: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra. Y bendito sea el Dios Altísimo, que puso a tus enemigos en tu mano. Abram le dio el diezmo de todo.
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