Genesis 8, 1-8

Se acordó Dios de Noé, de todos los, animales y de todas las bestias que estaban con él en el arca. Entonces hizo pasar Dios un viento sobre la tierra y fueron decreciendo las aguas. Cerráronse las fuentes del abismo y las compuertas de los cielos, y cesó la lluvia torrencial de los cielos. Se retiraban las aguas de sobre la tierra gradualmente, y menguaron las aguas al cabo de ciento cincuenta días. En el mes séptimo, el día diecisiete del mes, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero del mes, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo hasta que se secaron las aguas de sobre la tierra. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la haz de la tierra;
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