Genesis 1, 26-31

Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre la tierra y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Dios los bendijo, diciéndoles: Sed fecundos y multiplicaos; llenad la tierra y dominadla; señoread sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo viviente que se mueve sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os doy cuantas plantas de semilla hay sobre la haz de la tierra, y todo árbol que en sí tiene fruto con semilla de árbol, para que os sirva de alimento. Y a todo animal salvaje, a todo volátil de los cielos, a todo ser que se mueve sobre la tierra y en el que hay hálito de vida, doy toda hierba verde por alimento. Y así fue. Y contempló Dios toda su obra y ésta estaba muy bien. Y hubo tarde y mañana: día sexto.
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