Mateo 3, 12-17

Tiene el bieldo en la mano y limpiará su era; recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará en un fuego que no se apaga. Entonces Jesús llega de Galilea al Jordán, y se presenta a Juan para que lo bautice. Pero Juan quería impedírselo, diciendo: Soy yo quien debería ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le contestó: Permítelo por ahora; porque es conveniente que así cumplamos toda justicia. Entonces Juan se lo permitió. Apenas bautizado Jesús, salió en seguida del agua, y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios descender, como una paloma, y venir sobre él, mientras de los cielos salió una voz que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien me he complacido.
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