Romanos  13, 1-2

Sométanse todos a las autoridades que ejercen el poder. Porque no hay autoridad sino por Dios, y las que existen, por Dios han sido establecidas. De modo que quien resiste a la autoridad, contra el orden establecido por Dios se rebela, y los que se rebelan, acarrearán sobre sí mismos su condena.
Ver contexto