Genesis 4, 2-14

Después dio a luz a su hermano Abel. Abel fue pastor de rebaños, y Caín agricultor. Al cabo de un tiempo, Caín presentó a Yahvéh una oblación de los frutos de la tierra. También Abel ofreció primogénitos de su rebaño con su grasa; y se complació Yahvéh de Abel y de su oblación, pero no de Caín ni de la suya. Caín se irritó sobremanera por ello y su semblante se abatió. Dijo Yahvéh a Caín: ¿Por qué te enfureces, y por qué andas cabizbajo? Si hicieras bien, ¿no andarías erguido? Mas, al no haber obrado rectamente, he aquí que el pecado está a la puerta, en acecho, codiciándote; pero tú debes dominarlo. Dijo Caín a Abel, su hermano: Vamos al campo. Y cuando estuvieron en el campo, Caín se levantó contra Abel, su hermano, y lo mató. Yahvéh preguntó a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel? Respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guardián de mi hermano? Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. Ahora, pues, maldito seas de parte de la tierra, que ha abierto sus fauces para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando la trabajes no seguirá dándote su vigor; errante y fugitivo serás en la tierra. Respondió Caín a Yahvéh: Demasiado grande es mi culpa para que pueda soportarla. Tú me echas hoy de sobre la haz de la tierra, y de tu presencia habré de esconderme. Andaré fugitivo y errante por la tierra, por lo que cualquiera que me encuentre, me matará.
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