Jeremías  4, 24-26

Miré los montes, y he aquí temblaban, Y todos los collados se estremecían. Miré, y no había hombre; Y todas las aves de los cielos habían huido. Miré, y he aquí la tierra fértil era un desierto, Y todas sus ciudades destruidas, Ante la presencia de YHVH, Ante el ardor de su ira.
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