I Macabeos 11, 63-74

Jonatán se enteró de que los generales de Demetrio se habían presentado en Cades de Galilea con un ejército numeroso para quitarle su cargo. Entonces Jonatán dejando en el país a su hermano Simón, salió a su encuentro. Simón acampó frente a Bet Sur, la atacó durante muchos días y la bloqueó. Le pidieron la paz, y él se la concedió. Les hizo salir de allí, ocupó la ciudad y puso en ella una guarnición. Por su parte, Jonatán y su ejército acamparon junto al lago de Genesaret, y muy de madrugada partieron hacia la llanura de Jasor, donde el ejército de extranjeros se les enfrentó, después de dejar hombres emboscados en los montes. Mientras este ejército avanzaba de frente, surgieron de sus puestos los emboscados y entablaron combate. Todos los hombres de Jonatán se dieron a la fuga sin que quedara ni uno de ellos, a excepción de Matatías, hijo de Absalón, y de Judas, hijo de Alfeo, oficiales del ejército. Jonatán entonces se rasgó las vestiduras, echó polvo sobre su cabeza y oró. Vuelto al combate, derrotó al enemigo y lo puso en fuga. Al verlo, los hombres suyos que huían, volvieron a él y con él persiguieron al enemigo hasta su campamento en Cades y acamparon allí. Hasta tres mil hombres cayeron aquel día del ejército extranjero. Jonatán regresó a Jerusalén.
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