II Macabeos 4, 18-20

Cuando se celebraban en Tiro los juegos quinquenales, en presencia del rey, el contaminado Jasón envió unos legados antioquenos como representantes de Jerusalén, que llevaban consigo trescientas dracmas de plata para el sacrificio de Hércules. Pero los portadores pensaron que no convenía emplearlas en el sacrificio, sino en otros gastos. Y así, el dinero que estaba destinado por voluntad del donante al sacrificio de Hércules, se empleó, por deseo de los portadores, en la construcción de trirremes.
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