II Reyes  13, 4-21

Pero Joacaz suplicó ante el Señor y el Señor le escuchó, porque había visto la tiranía y represión del rey de Siria sobre Israel. Entonces el Señor concedió a Israel un libertador que los sacó de la opresión de Siria y los hijos de Israel habitaron en sus casas como anteriormente. Sin embargo, no se retractaron de los pecados que Jeroboán había hecho cometer a Israel, persistiendo en ellos, pues hasta la estela permaneció erigida en Samaría. En realidad Joacaz había quedado con un ejército de tan solo cincuenta jinetes, diez carros y diez mil infantes, ya que los demás perecieron a manos del rey de Siria, quien los pisoteó como polvo bajo sus pies. El resto de los hechos de Joacaz, cuanto hizo y sus éxitos militares, ¿no se halla escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel? Se durmió Joacaz con sus padres y lo enterraron en Samaría. Le sucedió en el trono su hijo Joás. El año treinta y siete de Joás, rey de Judá, inició su reinado sobre Israel, en Samaría, Joás, hijo de Joacaz, que reinó dieciséis años. Hizo el mal a los ojos del Señor, no retractándose de ninguno de los pecados que Jeroboán, hijo de Nebat, hizo cometer a Israel, sino que persistió en ellos. El resto de los hechos de Joás, cuanto hizo, sus éxitos militares y guerras contra Amasías, rey de Judá, ¿no se halla escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel? Joás se durmió con sus padres y Jeroboán ocupó su trono. Joás fue enterrado en Samaría, junto a los reyes de Israel. Eliseo enfermó de la enfermedad de que había de morir. Joás, rey de Israel, bajó para verle y lloró sobre él diciendo: «¡Padre mío, padre mío!, ¡carros y caballería de Israel!». Eliseo le dijo: «Toma un arco y flechas», y él tomó un arco y las flechas. Dijo al rey de Israel: «Pon tu mano en el arco». Puso él su mano en el arco y Eliseo puso las suyas sobre las manos del rey; y dijo: «Abre la ventana que mira a Oriente», y él la abrió. Eliseo ordenó: «¡Dispara!», y él disparó. «¡Flecha de victoria del Señor! ¡Flecha de victoria contra Siria! Derrotarás por completo a Siria en Afeq», exclamó Eliseo. Luego añadió: «Toma las flechas». Él las tomó y Eliseo ordenó al rey de Israel: «Golpea la tierra con ellas». Él golpeó tres veces pero se detuvo. Entonces el hombre de Dios se irritó con él y le dijo: «¡Si hubieras golpeado cinco o seis veces, habrías derrotado por completo a Siria! Pero ahora derrotarás a Siria solo tres veces». Eliseo murió y lo enterraron. Bandas de moabitas penetraban en el país al inicio de cada año. En una ocasión, estaban unos enterrando a un hombre y, al avistar una de estas bandas, lo arrojaron en la tumba de Eliseo y huyeron. Entonces el cadáver entró en contacto con los huesos de Eliseo, cobró vida y se puso en pie.
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