Deuteronomio  13, 6-11

(7) Si tu hermano, hijo de tu madre, tu hijo o tu hija, o la mujer que se recuesta en tu seno, o tu amigo del alma te incita en secreto diciendo: “Vamos y sirvamos a otros dioses” —que ni tú ni tus padres conocéis, (8) entre los dioses de los pueblos que os rodean, cercanos a ti o distantes de ti, de un extremo al otro de la tierra—, (9) no accederás ni le escucharás; no te apiadarás de él, no te compadecerás de él ni le encubrirás, (10) sino que le darás muerte; tu mano será la primera contra él para hacerlo morir, y después la mano de todo el pueblo. (11) Lo apedrearás hasta que muera, porque intentó apartarte del Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. (12) Así todo Israel lo oirá y temerá, y no volverá a cometerse un mal como este en medio de ti.
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