Sabiduría 5, 4-13

«Este es aquel de quien antes nos reíamos | y a quien, nosotros insensatos, insultábamos. | Su vida nos parecía una locura | y su muerte, una ignominia. ¿Cómo ahora es contado entre los hijos de Dios | y comparte la suerte de los santos? Sí, nosotros nos desviamos del camino de la verdad, | la luz de la justicia no nos alumbró | y el sol no salió para nosotros. Nos fatigamos por sendas de maldad y perdición, | atravesamos desiertos intransitables, | pero no reconocimos el camino del Señor. ¿De qué nos ha servido nuestro orgullo? | ¿Qué hemos sacado presumiendo de ricos? Todo aquello pasó como una sombra, | como noticia que corre veloz, como nave que surca las aguas agitadas, | sin dejar rastro de su travesía, | ni estela de su quilla en las olas. O como pájaro que corta el aire | sin dejar rastro de su paso; | con un aleteo azota el aire ligero, | lo corta con agudo silbido, | se abre camino batiendo las alas | y al final no queda rastro de su paso. O como flecha disparada al blanco, | cuya herida en el aire se cierra al instante, | siendo imposible conocer su trayectoria. Igual nosotros: nacimos y nos eclipsamos | sin dejar ni una señal de virtud que poder mostrar, | nos consumimos en nuestra maldad».
Ver contexto