Abdías  1, 1-9

Visión de Abdías sobre Edom. [1 c] Hemos oído un mensaje de parte del Señor, un heraldo ha sido enviado a las naciones: "¡De pie! ¡Al asalto de la ciudad! ¡Al combate!". [1 b] Así habla el Señor: ¡Yo te hago pequeño entre los pueblos, tú eres el más despreciado! La soberbia de tu corazón te engañó, a ti, que habitas en las hendiduras de la roca, que pones tu morada en las alturas, y dices en tu corazón: "¿Quién me precipitará por tierra?". Aunque te encumbres como el águila, aunque coloques tu nido entre las estrellas, de allí te precipitaré -oráculo del Señor-. Si vinieran ladrones a tu casa, o asaltantes nocturnos, ¿se llevarían más de lo que necesitan? Si vinieran vendimiadores, ¿no dejarían algunos racimos? En cambio tú ¡cómo has sido arrasado! ¡Cómo ha sido registrado Esaú y han sido explorados sus tesoros escondidos! Te han expulsado hasta las fronteras, todos tus aliados te han engañado; tus amigos te han derrotado, los que compartían tu pan tendieron un lazo bajo tus pies: "¡Ya no hay más inteligencia en él!". ¿Acaso ese día -oráculo del Señor- no haré desaparecer a los sabios de Edom y la inteligencia de la montaña de Esaú? Tus valientes tendrán miedo, Temán, a fin de que todo hombre sea extirpado de la montaña de Esaú. Por la masacre,
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