Levítico 2, 11-13

Ninguna de las oblaciones que ustedes ofrecerán al Señor estará hecha con materia fermentadas, porque ni la levadura ni la miel deben arder como ofrenda que se quema para el Señor. Podrán presentarlas al Señor como ofrendas de primicias, pero no serán ofrecidas sobre el altar como sacrificio de aroma agradable. En cambio, sazonarás con sal todas las oblaciones que ofrezcas. Nunca dejarás que falte a tu oblación la sal de la alianza de tu Dios: sobre todas tus oblaciones deberás ofrecer sal.
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