I Macabeos 1, 21-24

El año 14, después de haber vencido a Egipto, Antíoco vino contra Israel, y subió a Jerusalén con un poderoso ejército. Entró altivo en el santuario, arrebató el altar de oro, el candelabro de las luces con todos sus utensilios, la mesa de la proposición, las tazas de las libaciones, las copas, los incensarios, la cortina, las coronas, y arrancó todo el decorado de oro que cubría el templo. Se apoderó asimismo de la plata, del oro y de los vasos preciosos, y se llevó los tesoros ocultos que pudo hallar, y con todo se volvió a su tierra.
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