I Reyes 17, 17-24

Después de esto enfermó el hijo de la mujer dueña de la casa; y su enfermedad era tan violenta, que no podía resollar." La mujer dijo entonces a Elías: “¿Qué hay entre ti y mí, hombre de Dios? ¿Has venido por ventura a mi casa para traer a la memoria mis pecados y hacer morir a mi hijo?” El le respondió: “Dame acá tu hijo.” El le tomó del regazo de su madre, le subió a la habitación donde él dormía y le puso en su cama, e invocó a Yahvé, diciendo: “jOh Yahvé, mi Dios! ¿Vas a afligir a la viuda que en su casa me ha hospedado, matando a su hijo?” Tendióse tres veces sobre el niño, invocando a Yahvé y diciendo: “Yahvé, Dios mío! Que vuelva, te ruego, el alma de este niño a entrar en él.” Yahvé oyó la voz de Elías, y volvió dentro del niño su alma y revivió. Tomó entonces al niño Elías, bajó y entrególo a su madre, diciendo: “Mira, tu hijo vive.” La mujer dijo a Elías: “Ahora conozco que eres hombre de Dios y que es verdad en tu boca la palabra de Yahvé.”
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