I Timoteo 1, 3-7

Te rogué, al partir para Macedonia, que te quedaras en Efeso, para que requirieses a algunos que no enseñasen doctrinas extrañas, ni se ocupasen en fábulas y genealogías inacabables, más a propósito para engendrar disputas que para el plan de salud de Dios, mediante la fe. El fin del requerimiento es la caridad que procede de un corazón puro, de una conciencia buena y de una fe sincera, de cuya línea algunos se desvían, viniendo a dar en vaciedades, alardeando de doctores de la Ley, sin entender lo que dicen ni lo que afirman.
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