II Macabeos 5, 14-16

En tres días enteros que duró, perecieron ochenta mil personas; cuarenta mil cayeron asesinadas, y otras tantas fueron vendidas por esclavos." No satisfecho con esto, se atrevió a entrar en el templo, el más santo de toda la tierra, siendo su guía el traidor a la religión y a la patria, Menelao. Con sus impuras manos tomó los vasos sagrados, y arrebató los dones que por otros reyes habían sido ofrecidos para realzar la gloria y la dignidad del lugar, entregándolos a manos impuras.
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