II Pedro  2, 17-19

Son éstos fuentes sin agua, nubes empujadas por el huracán, a quienes está reservado el orco tenebroso. Profiriendo palabras hinchadas de vanidad, atraen a los deseos carnales a aquellos que apenas se habían apartado de los que viven en el error, prometiéndoles libertad, cuando ellos son esclavos de la corrupción, puesto que cada cual es esclavo de quien triunfó de él.
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