II Reyes  19, 24-31

Yo alumbro las aguas extranjeras para refrescarme con ellas. Y con la planta de mi pie seco todos los ríos de Egipto. ¿No lo has oído tú? Desde mucho ha lo he preparado yo; Desde muy antiguo lo he planeado yo, y ahora lo realizo; Que sirva para reducir a montones de ruinas las ciudades fortificadas." Sean sus habitantes reducidos a la impotencia, aterrorizados y confusos. Como la hierba de los campos, como la hierba tierna, Como las hierbas de los tejados, como el pasto quemado por el viento solano. Yo sé muy bien cuándo te levantas y cuándo te sientas, y cuándo vienes y cuándo vas. Porque te has enfurecido contra mí y han llegado a mis oídos tus bravatas, Por eso yo pondré mi anillo en tus narices y mi freno en tus labios. Y te haré volver por el camino que has traído. Y he aquí lo que te servirá de señal: Este año se comerá lo que retoñe, y el año que viene lo que de sí brote. Pero al tercer año sembrarás, y cosecharás; plantaréis viñas, y comeréis su fruto," Pues el resto de la casa de Judá que se salve y quede echará raíces por debajo y dará frutos por arriba. Porque saldrá de Jerusalén un resto, y de la montaña de Sión los escapados, Y el celo de Yahvé hará esto.
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