II Reyes  9, 15-21

pero el rey Joram había tenido que volverse para curarse en Jezrael de las heridas que los sirios le habían hecho cuando combatía centra Jazael, rey de Siria. Jehú dijo: “Pues que lo queréis, sea; pero que no salga de la ciudad nadie que pueda llevar la noticia a Jezrael.” Jehú subió a su carro y partió para Jezrael, pues Joram estaba allí en cama, y Ocozías, rey de Judá, había bajado a verle. El centinela que estaba en la torre de Jezrael vio venir a la tropa de Jehú y dio la noticia: “Veo venir una tropa.” Joram dijo: “Manda que salga a su encuentro uno de a caballo para saber si es de paz.” Salió el jinete, se presentó a Jehú y preguntó: “Así habla el rey: ¿Es la paz?” Jehú respondió: “¿Qué te importa a ti la paz? Vuélvete detrás de mí.” El centinela dio luego el aviso, diciendo: “El mensajero ha llegado hasta ellos, pero no vuelve.” Entonces se mandó otro a caballo, que, llegado a ellos, preguntó: “Así habla el rey: ¿Hay paz?” Y Jehú respondió: “¿Qué te importa a ti la paz? Vuélvete detrás de mí.” El centinela volvió a decir: “También éste ha llegado a ellos y no vuelve; mas, al parecer, por la marcha, el que viene es Jehú, hijo de Nimsi, porque viene con mucho ímpetu.” Entonces Joram dijo: “Engancha”; y enganchado que fue su carro, salió Joram, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, cada uno en su carro. Salieron al encuentro de Jehú, a quien hallaron en la heredad de Nabot de Jezrael."
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