Daniel  7, 17-26

Esas grandes bestias, las cuatro, son cuatro reyes que se alzarán en la tierra. Después recibirán el reino los santos del Altísimo y lo retendrán por siglos, por los siglos de los siglos. Sentí entonces el deseo de informarme más exactamente acerca de la cuarta bestia, tan diferente de todas las otras, sobremanera espantosa, de dientes de hierro y garras de bronce, que devoraba y trituraba y hollaba las sobras con sus pies, así como también acerca de los diez cuernos que tenía en la cabeza y de aquel otro que le había salido, y ante el cual se le habían caído tres, y que tenía ojos y boca que decía grandes arrogancias, y parecía más grande que todos los otros. Vi yo que este cuerno hacía guerra a los santos y los vencía, hasta que vino el anciano de muchos días y se hizo justicia a los santos del Altísimo, y llegó el tiempo en que los santos se apoderaron del reino. Díjome así: La cuarta bestia es un cuarto reino sobre la tierra, que se distinguirá de todos los otros reinos y devorará la tierra toda y la triturará. Los diez cuernos son diez reyes que en aquel reino se alzarán, y tras ellos se alzará otro que diferirá de los primeros y derribará a tres de estos reyes. Hablará palabras arrogantes contra el Altísimo, y quebrantará a los santos del Altísimo, y pretenderá mudar los tiempos y la Ley. Aquéllos serán entregados a su poder por un tiempo, tiempos y medio tiempo. Pero se sentará el tribunal y le arrebatarán el dominio, hasta destruirle y arruinarle del todo,
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