Exodo  21, 26-35

Si uno diere a su siervo o a su sierva un golpe en un ojo y se lo hiciere perder, habrá de ponerle en libertad en compensación del ojo. Y si le hiciera caer al siervo o a la sierva un diente, le dará libertad en compensación de su diente. Si un buey acornea a un hombre o a una mujer y se sigue la muerte, el buey será lapidado, no se comerá su carne, y el dueño será quito. Pero, si ya de antes el buey acorneaba, y, requerido el dueño, no lo tuvo encerrado, el buey será lapidado si mata a un hombre o a una mujer, pero el dueño será también reo de muerte. Si en vez de la muerte le pidieren al dueño un precio como rescate de la vida, pagará lo que se le imponga. si el buey hiere a un niño o a una niña, se aplicará esta misma ley;" pero, si el herido fuese un siervo o una sierva, pagará el dueño del buey treinta siclos de plata al dueño del esclavo o de la esclava, y el buey será lapidado. Si uno abre una cisterna o cava una y no la cubre y cayere en ella un buey o un asno, pagará el dueño de la cisterna en dinero el precio al dueño de la bestia, pero la muerta será para él. Si el buey de uno acornea a un buey de otro, y éste muere, se venderá el buey vivo, partiéndose el precio, y se repartirán igualmente el buey muerto.
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