Exodo  21, 33-36

Si uno abre una cisterna o cava una y no la cubre y cayere en ella un buey o un asno, pagará el dueño de la cisterna en dinero el precio al dueño de la bestia, pero la muerta será para él. Si el buey de uno acornea a un buey de otro, y éste muere, se venderá el buey vivo, partiéndose el precio, y se repartirán igualmente el buey muerto. Pero, si se sabe que el buey acorneaba ya de tiempo atrás y su dueño no lo tuvo encerrado, dará éste buey por buey, y el buey muerto será para él.
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