Exodo  30, 1-10

“Harás también un altar para quemar en él incienso. Lo harás de madera de acacia, de un codo de largo, un codo de ancho, cuadrado, y de dos de alto. Sus cuernos harán un cuerpo con él. Lo revestirás de oro puro por arriba, por los lados todo en torno y los cuernos, y harás todo en derredor una moldura de oro. Harás para él dos anillos de oro para cada dos de sus lados, y los pondrás debajo de la moldura a ambos lados, para las barras con que pueda transportarse. Las barras serán de madera de acacia y las revestirás de oro. Colocarás el altar delante del velo que oculta el arca del testimonio y el propiciatorio que está sobre el testimonio, allí donde yo he de encontrarme contigo. Aarón quemará en él incienso; lo quemará todas las mañanas al preparar las lámparas," y entre dos luces cuando las ponga en el candelabro. Así se quemará el incienso ante Yahvé perpetuamente entre vuestros descendientes. No ofreceréis sobre el altar ningún perfume profano, ni holocaustos, ni ofrendas, ni derramaréis sobre él ninguna libación;" Aarón hará la expiación sobre los cuernos del altar, una vez por año, con la sangre de la víctima expiatoria; y la expiación la hará una vez por año de generación en generación. Este altar es santísimo de Yahvé.”
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