Genesis 27, 27-28

Acercóse él y le besó; y en cuanto olió la fragancia de sus vestidos, le bendijo, diciendo: “¡Oh, es el olor de mi hijo como el olor de un campo al que ha bendecido Yahvé!" Déte Dios el rocío del cielo y la grosura de la tierra y abundancia de trigo y mosto.
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