Juan  12, 23-34

Jesús les contestó diciendo: Es llegada la hora en que el Hijo del hombre será glorificado. En verdad, en verdad os digo que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, quedará solo; pero, si muere, llevará mucho fruto." El que ama su alma, la pierde; pero el que aborrece su alma en este mundo, la guardará para la vida eterna." Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor; si alguno me sirve, mi Padre le honrará." Ahora mi alma se siente turbada. ¿Y qué diré? ¿Padre, líbrame de esta hora? ¡Mas para esto he venido Yo a esta hora! Padre, glorifica tu nombre. Llegó entonces una voz del cielo: “Le glorifiqué y de nuevo le glorificaré.” La muchedumbre que allí estaba y oyó, decía que había tronado; otros decían: Le habló un ángel." Jesús respondió y dijo: No por mí se ha dejado oír esta voz, sino por vosotros. Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será arrojado fuera," y Yo, si fuere levantado de la tierra, atraeré a todos a mí. Esto lo decía indicando de qué muerte había de morir. La multitud le contestó: Nosotros sabemos por la Ley que el Mesías permanece para siempre. ¿Cómo, pues, dices tú que el Hijo del hombre ha de ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?
Ver contexto