Marcos 4, 35-40

En aquel día les dijo, llegada ya la tarde: Pasemos al otro lado. Y, despidiendo a la muchedumbre, le llevaron según estaba en la barca, acompañado de otras. Se levantó un fuerte vendaval, y las olas se echaban sobre la barca, de suerte que ésta estaba ya para llenarse. El estaba en la popa durmiendo sobre un cabezal. Le despertaron y le dijeron: Maestro, ¿no te da cuidado de que perecemos? Y, despertando, mandó al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y se aquietó el viento y se hizo completa la calma. Les dijo: ¿Por qué sois tan tímidos? ¿Aún no tenéis fe?
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