Mateo 9, 23-31

Cuando llegó Jesús a la casa del jefe, viendo a los flautistas y a la muchedumbre de plañideras, dijo: Retiraos, que la niña no está muerta: duerme. Y se reían de El. Una vez que la muchedumbre fue echada fuera, entró, tomó de la mano a la niña y ésta se levantó. La nueva se divulgó por toda aquella tierra. Partido Jesús de allí, le seguían dos ciegos dando voces y diciendo: Ten piedad de nosotros, Hijo de David. Entrando en casa, se le acercaron los ciegos, y les dijo Jesús: ¿Creéis que puedo yo hacer esto? Respondiéronle: Sí, Señor. Entonces tocó sus ojos, diciendo: Hágase en vosotros según vuestra fe. Y se abrieron sus ojos. Con tono severo les advirtió: Mirad que nadie lo sepa;" pero ellos, una vez fuera, divulgaron la cosa por toda aquella tierra.
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