Nehemías 4, 1-5

Pero Sambalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los de Azoto se enfurecieron sobre manera al saber que la reparación de las murallas avanzaba y que comenzaban a cerrarse las brechas, y todos a una se confabularon para venir a atacar a Jerusalén y hacer el daño posible. Nosotros rogarnos a nuestro Dios, y pusimos una guardia que de día y de noche vigilara, para defendernos de sus ataques. Sin embargo, Judá decía: “Ya faltan las fuerzas a los acarreadores, y el escombro es todavía mucho; no podemos acabar la muralla.” (TEXTO OMITIDO) Mientras que los enemigos decían: “Nada sabrán y nada verán hasta que lleguemos en medio de ellos y los matemos, y así haremos que cesen las obras.”
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