Nehemías 7, 2

Confié el gobierno de Jerusalén a mi hermano Jananí y a Jananías, jefe éste de la fortaleza, hombre superior a muchos por su fidelidad y por su temor de Oíos, y les dije: “Las puertas de Jerusalén no han de abrirse hasta que caliente el sol, y se cerrarán al ponerse, echando los cerrojos; y los habitantes de Jerusalén harán la guardia cada uno en su puesto delante de su casa.”
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