Numeros  20, 7-16

y Yahvé habló a Moisés, diciendo: “Toma el cayado y reúne a la muchedumbre, tú y Aarón, tu hermano, y en su presencia hablad a la roca, y ésta dará sus aguas; de la roca sacarás agua para dar de beber a la muchedumbre y a sus ganados.” Moisés tomó de delante de Yahvé el cayado, como se lo había él mandado, y, juntando Moisés y Aarón a la muchedumbre delante de la roca, les dijo: “¡Oíd, rebeldes ! ¿Podremos nosotros hacer brotar agua de esta roca ?” Alzó Moisés su brazo e hirió con el cayado la roca dos veces, y brotaron de ella aguas en abundancia, y bebió la muchedumbre y sus ganados. Yahvé dijo entonces a Moisés y a Aarón: “Porque no habéis creído en mí, santificándome a los ojos de los hijos de Israel, no introduciréis vosotros a este pueblo en la tierra que yo les he dado.” Estas son las aguas de Meribá, donde los hijos de Israel se querellaron contra Yahvé, que les dio una prueba de su santidad. Mandó Moisés embajadores desde Cades al rey de Edom para que le dijesen: “Israel, tu hermano, te dice: Tú sabes todas las peripecias que nos han ocurrido: cómo nuestros padres bajaron a Egipto, y hemos estado en Egipto largo tiempo, y cómo nos maltrataron los egipcios a nosotros y a nuestros padres;" cómo clamamos a Yahvé, y oyó éste nuestra voz y mandó a su ángel, que nos sacó de Egipto; y que estamos aquí en Cades, ciudad situada al extremo de tu territorio."
Ver contexto