Romanos  2, 5-11

Pues conforme a tu dureza y a la impenitencia de tu corazón, vas atesorándote ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, que dará a cada uno según sus obras;" a los que con perseverancia en el bien obrar buscan gloria, honor e inmortalidad, la vida eterna;" pero a los contumaces, rebeldes a la verdad, que obedecen a la injusticia, ira e indignación. Tribulación y angustia sobre todo el que hace el mal, primero sobre el judío, luego sobre el gentil;" pero gloria, honor y paz para todo el que hace el bien, primero para el judío, luego para el gentil;" pues en Dios no hay acepción de personas.
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