Salmos 1, 2-4

Antes bien, tiene en la Ley de Yahvé su complacencia y en ella medita día y noche. Será como árbol plantado a la vera del arroyo, que a su tiempo da su fruto, cuyas hojas no se marchitan. Cuanto emprenda tendrá buen suceso. No así los impíos, sino que son como paja que arrebata el viento. Se reúnen los reyes de la tierra, y a una se confabulan los príncipes contra Yahvé y contra su Ungido. ¡Rompamos sus coyundas, arrojemos de nosotros sus ataduras! El que mora en los cielos se ríe, el Señor se burla de ellos. ¡Oh Yahvé, cómo se han multiplicado mis enemigos! Muchos son los que se alzan contra mí. Muchos son los que de mi vida dicen: “¡No tiene ya en Dios salvación!” Selah. Pero tú, ¡oh Yahvé! eres escudo en torno mío, mi gloria, el que me hace erguir la cabeza. Cuando yo grito, respóndeme, ¡Dios de mi, justicia! I En la apretura tú me diste holgura. Séme propicio y oye mi súplica. ¿Hasta cuándo, hidalgos, (convertís) mi gloria en ignominia? ¿Por qué amáis la vanidad y buscáis la mentira? Selah. Pues sabed que Dios distingue al que le es grato, que me oye Yahvé cuando le invoco. Apresta el oído a mis palabras, ¡oh Yahvé! atiende mis suspiros. Atiende a las voces de mi súplica, Rey mío y Dios mío. Porque a ti suplico, ¡oh Yahvé! De mañana tú escuchas mi voz; temprano me pongo ante ti y espero." ¡Oh Yahvé! no me castigues en tu ira, no me aflijas en tu indignación. Ten piedad de mí, ¡oh Yahvé! pues estoy desfallecido. Sáname, Yahvé, pues tiemblan mis huesos. Está mi alma conturbada sobremanera. Pero tú, Yahvé, ¿hasta cuándo? Yahvé, mi Dios, a ti me acojo, sálvame de cuantos me persiguen, líbrame;" no sea que como león desgarre alguno mi alma, arrebate y no haya quien (la) libre. Yahvé, mi Dios, si hice yo esto, si hay injusticia en mis manos, Yahvé, Señor nuestro, ¡cuan magnífico es tu nombre en toda la tierra! ¡Tú, cuya majestad es celebrada sobre los cielos! Por la boca de los niños y de los que maman has dado argumento contra tus adversarios, i para reducir al silencio al enemigo y al rebelde. Cuando contemplo los cielos, obra de tus manos; la luna y las estrellas, que tú has establecido..." Alef. Yo te alabaré, Yahvé, con todo mi corazón y cantaré todas tus maravillas. Yo me alegraré y exultaré en ti y cantaré salmos a tu nombre, ¡oh Altísimo! Bet. Por haber retrocedido mis enemigos, por haber caído y perecido ante tu faz, Por la soberbia del impío son consumidos los infelices, sorprendidos en las intrigas que ellos tienden. Mem. Pues se gloría el malvado en la ambición de su alma, y el avaro se felicita, con desprecio de Yahvé. Nun. Y (dice) el impío en su fatuidad: “¡No atiende, no hay Dios!” Estas son sus cavilaciones. Pues he aquí que entesan los impíos (su) arco, ajustan a la cuerda sus saetas, para tirar en las tinieblas sobre los de recto corazón. Si los fundamentos se destruyen, ¿qué podrá hacer el justo?” Está Yahvé en su santo palacio, tiene Yahvé en los cielos su trono; sus ojos contemplan (la tierra habitada), sus párpados escudriñan a los hijos de los hombres." Salva tú, ¡oh Yahvé! porque no hay piadosos, ya no hay fieles entre los hijos de los hombres. Engaña cada uno a su prójimo, hablan con labios fraudulentos y con doblado corazón. Extermine Yahvé todo labio fraudulento, toda lengua jactanciosa;" ¿Hasta cuándo, por fin, te olvidarás, Yahvé, de mí? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro? ¿Hasta cuándo tendré yo preocupaciones en mi alma y pesares diariamente en mi corazón? ¿Hasta cuándo mis enemigos prevalecerán sobre mí? ¡Mírame, respóndeme, Yahvé, Dios mío! Alumbra mis ojos, no me duerma en la muerte. Se inclina Yahvé desde los cielos hacia los hijos de los hombres para ver si hay algún cuerdo que busque a Dios. Todos se han descarriado y a una se han corrompido; no hay quien haga el bien; no hay ni uno solo." ¿No saben todos los obradores de iniquidad que comen mi pueblo como el pan, que no invocan a Yahvé? El que anda en integridad y obra la justicia, el que en su corazón habla verdad, el que con su lengua no detrae, el que no hace mal a su compañero ni a su prójimo infiere injuria. El que menosprecia con sus ojos al reprobo, pero honra a los temerosos de Yahvé; el que, jurando en daño suyo, no se retracta;" Yo dije a Yahvé: “Mi Señor eres tú, no hay dicha para mí fuera de ti”. Cuanto a los santos que están en la tierra, “son mis príncipes en los que tengo mi complacencia”. Multiplican sus dolores los que siguen a otros dioses; no derramaré yo sus libaciones de sangre y no pondré sus nombres en mis labios." Que mi juicio salga de tu presencia y vean tus ojos lo que es recto. Tú has sondeado mi corazón, lo visitaste de noche, me has pasado por el crisol, sin encontrar en mí malicia. Mi boca no ha cometido transgresión. Respecto a las acciones humanas, conforme a las palabras de tus labios, yo me he guardado de procedimientos de violencia. Dijo, pues: Yo te amo, Yahvé, fortaleza mía. Yahvé es mi roca, mi ciudadela, mi libertador, mi Dios, mi roca, a quien me acojo; mi escudo, mi fuerza salvadora, mi asilo." Alabándole, invoco a Yahvé, y de mis enemigos seré salvo. Los cielos pregonan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. El día transmite el mensaje al día, y la noche a la noche pasa la noticia. No son discursos ni palabras cuya voz deje de oírse. ¡Óigate Yahvé en el día de la angustia, protéjate el nombre del Dios de Jacob! Envíete su auxilio desde su santuario, sosténgate desde Sión! ¡Acuérdese de todas tus oblaciones y encuentre suculento tu holocausto! Selah. En tu poder, ¡oh Yahvé! se goza el rey. ¡Cuan jubiloso está de tu socorro! Le diste cuanto su corazón deseaba, no le negaste la petición de sus labios. Seldh. Más bien te adelantaste con faustas bendiciones y pusiste en su cabeza la diadema de oro puro. ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Lejos estás de mi socorro, de las palabras de mi gemido. ¡Dios mío! Clamo de día, y no me respondes; de noche, y tú no me atiendes." Con todo, tú eres el Santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel. Me hace recostar en verdes pastos y me lleva a frescas aguas. Recrea mi alma, me guía por las rectas sendas por amor de su nombre. Aunque haya de pasar por un valle tenebroso, no temo mal alguno, porque tú estás conmigo. Tu clava y tu cayado son mis consuelos. Pues El es quien la fundó sobre los mares y sobre los ríos la estableció. ¿Quién subirá al monte de Yahvé? ¿Quién se mantendrá erecto en su santo lugar? El de limpias manos y de puro corazón, el que no alzó su alma a cosas vanas y no juró con mentira. Alef. A ti elevo mi alma, Yahvé, mi Dios. Bet. En ti confío, no sea confundido, no se gocen de mí mis enemigos. Guímel. No; quien espera en ti, no es confundido; serán confundidos los que en balde faltan a la fidelidad." Dalet. Muéstrame, Yahvé, tus caminos, adiéstrame en tus sendas. Ponme a prueba, ¡oh Yahvé! y examíname, acrisola mis ríñones y mi corazón. Porque tengo ante mis ojos tu benevolencia y ando en tu verdad. No me siento con hombres falsos ni me acompaño de los fingidos. Cuando los malignos me asaltan para devorar mis carnes, son ellos, mis adversarios y enemigos, los que vacilan y caen. Aunque acampe contra mí un ejército, no temerá mi corazón. Aunque se alzare en guerra contra mí, aun entonces estaré tranquilo. Una cosa pido a Yahvé, ésa procuro: habitar en la casa de Yahvé todos los días de mi vida, para contemplar el encanto de Yahvé y visitar su santuario. Oye la voz de mis súplicas cuando clamo a ti y elevo mis manos a tu santo recinto. No me arrebates juntamente con los malvados, con los obradores de iniquidad, los que hablan paz a su prójimo, mientras está su corazón lleno de maldad. Retribuyelos conforme a sus obras, conforme a la malicia de sus acciones; págales conforme a la obra de sus manos, dales su merecido." Dad a Yahvé la gloria (debida) a su nombre, postraos ante Yahvé con sacros ornamentos. ¡La voz de Yahvé sobre las aguas! Truena el Dios de la gloria: Yahvé sobre la inmensidad de las aguas. La voz de Yahvé (resuena) con fuerza; la voz de Yahvé (retumba) con majestad." Quiero ensalzarte, ¡oh Yahvé! porque me has puesto en salvo y no has alegrado a mis enemigos por causa mía. Yahvé, mi Dios, clamé a ti, y tú me curaste. ¡Oh Yahvé! has sacado mi alma del seol, me has hecho revivir de entre los que bajan a la fosa. En ti, ¡oh Yahvé! confío; i no sea yo nunca confundido, líbrame en tu justicia." Inclina a mí tus oídos, apresúrate a librarme; sé para mí roca inexpugnable, ciudadela para mi salvación." Pues tú eres mi roca, mi ciudadela; por mor de tu nombre tú me guiarás y conducirás." Bienaventurado aquel a quien no imputa Yahvé su iniquidad y en cuyo espíritu no hay falsedad. Mientras callé, consumíanse mis huesos, gimiendo durante todo el día. Pues día y noche tu mano pesaba sobre mí, y tornóse mi vigor en sequedades del estío. Selah. Alabad a Yahvé con la cítara, ensalzadle con el arpa de diez cuerdas. Cantadle un cántico nuevo y tañed bien con júbilo la lira. Porque es recta la palabra de Yahvé, y toda su obra conforme a verdad. Alef. Yo bendeciré a Yahvé en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca." Bet. En Yahvé se gloriará mi alma; lo oirán los humildes, y se alegrarán." Guímel. ¡Engrandeced conmigo a Yahvé, ensalcemos a una su nombre! Empuña el escudo y la adarga y álzate en ayuda mía. Enristra la lanza y cierra al encuentro de mis enemigos; di a mi alma: “Yo soy tu salvación.” Sean confundidos y avergonzados los que buscan mi vida. Retrocedan, cubiertos de ignominia, los que maquinan el mal. Oráculo de malicia tiene el impío en lo íntimo de su corazón; no hay ante sus ojos temor de Dios." Pues lisonjéase a sus propios ojos demasiado para descubrir y odiar su pecado2. Las palabras de su boca son falsedad y fraude; ha renunciado a ser cuerdo y a obrar bien." porque, como el heno, presto se mustiarán, y cual la hierba verde se agostarán. Bet. Tú confía en Yahvé y obra el bien; habita en la tierra y apaciéntate de seguridad." Haz de Yahvé tus delicias, y te dará lo que tu corazón desea. No me reprendas, Yahvé, en tu furor, ni me corrijas en tu ira. Pues tus saetas han penetrado en mí y pesa sobre mi tu mano. Nada hay sano en mi carne a causa de tu ira; nada íntegro en mis huesos a causa de mis pecados." Yo me dije: Velaré sobre mi conducta para no pecar con mi lengua; pondré freno a mi boca mientras tenga al impío frente a mí." Quedé silencioso, mudo; del bien me abstuve, pero mi dolor se exacerbaba." Me ardía el corazón en mi interior, se encendía el fuego en mi meditación y prorrumpí con mi lengua. Confiadamente esperé en Yahvé, y El se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Y me sacó de una horrible hoya, de fangosa charca. Y afirmó mis pies sobre roca y afianzó mis pasos. Puso en mi boca un cántico nuevo, una alabanza a nuestro Dios. Que lo vean muchos y teman y confíen en Yahvé. Bienaventurado el que se preocupa por el necesitado y el desvalido ; en el día malo le librará Yahvé." Le guardará Yahvé y le dará vida. Será dichoso sobre la tierra y no lo entregará a la animosidad de sus enemigos. Le sostendrá Yahvé en el lecho del dolor; le aliviará sobre su lecho en su enfermedad." Como anhela la cierva las corrientes de las aguas, así te anhela mi alma, ¡oh Dios! Mi alma está sedienta de Dios, del Dios vivo: ¿Cuándo iré y veré la faz de Dios? Mis lágrimas son día y noche mi pan cuando me dicen cada día: “¿Dónde está tu Dios?” Pues que eres tú mi refugio, ¿por qué me rechazas? ¿Por qué he de andar en luto bajo la opresión del enemigo? Manda tu luz y verdad; ellas me guiarán i y me llevarán a tu monte santo, a tus tabernáculos." ¡Oh si pudiera acercarme al altar de Dios, al Dios de mi alegría, y cantarle a la cítara, oh Dios, Dios mío! Con nuestro oído, ¡oh Dios! hemos oído; nos contaron nuestros padres la obra que tú hiciste en sus días, en los tiempos antiguos." Tú con tu mano desposeíste a las gentes y los plantaste a ellos. Afligiste a los pueblos y los arrojaste. Pues no se apoderaron de la tierra por su espada, ni les dio su brazo la victoria, sino tu diestra, tu brazo, la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos. Bulle en mi corazón un bello discurso: al rey dedico mi poema. Es mi lengua como cálamo de veloz escriba. Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; en tus labios la gracia se ha derramado; por eso te bendijo Dios para siempre." Cíñete tu espada sobre el muslo, ¡oh héroe! tus galas y preseas. Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, una ayuda muy asequible en las tribulaciones. Por eso no hemos de temer aunque tiemble la tierra, aunque se conmuevan los montes en el seno del mar, y se agiten y espumen sus olas, y retiemblen los montes a su empuje. Seláh. (Yahvé de los ejércitos está con nosotros, el Dios de Jacob es nuestra Roca). ¡Oh pueblos todos! batid palmas, aclamad a Dios con voces jubilosas, Porque es Yahvé el Altísimo, el terrible, el gran Rey sobre toda la tierra. El nos someterá a los pueblos y pondrá las naciones bajo nuestros pies, Grande es Yahvé y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, su monte santo. Bello promontorio, alegría de toda la tierra, el monte de Sión, en los confines del aquilón, es la ciudad del gran Rey. Dios en sus alcázares se dio a conocer como ciudadela. ¡Oíd esto, pueblos todos! ¡Prestad oído todos los moradores del orbe: plebeyos y nobles, ricos y pobres juntamente! Mi boca va a proferir (sentencias) sabias, y la meditación de mi corazón, (palabras) sensatas. Desde Sión, dechado de hermosura, Dios se mostró esplendoroso. Viene nuestro Dios, y no en silencio; le precede un fuego devorador, en su derredor cruje furiosa tempestad," Convoca desde arriba a los cielos y a la tierra para juzgar a su pueblo: Cuando fue a él el profeta Natán después que pecó con Betsabé. Apiádate de mí, ¡oh Dios! según tu benignidad. Por vuestra gran misericordia borra mi iniquidad7. Lávame enteramente de mi iniquidad y limpíame de mi pecado. Cuando Doeg, idumeo, fue a informar a Saúl, diciendo: David ha ido a casa de Abimelec. ¿Por qué te glorías en tu maldad, héroe de iniquidad? Todo el día tu lengua maquina injusticias, como afilada navaja, artífice de engaños. Dice en su corazón el necio: “No hay Dios.” Se han corrompido, hicieron cosas abominables, no hay quien haga el bien. Se inclina Dios desde los cielos hacia los hijos de los hombres í para ver si hay algún cuerdo que busque a Dios. Todos se han descarriado y a una se han corrompido, no hay quien haga el bien; no hay ni uno solo." Cuando vinieron los de Zif a decir a Saúl: “¿Es que David no está escondido entre nosotros?” Sálvame, ¡oh Dios! por tu nombre, por tu poder hazme justicia. Oye, ¡oh Dios! mi oración, da oídos a las palabras de mi boca. Da oídos, ¡oh Dios! a mi oración, no te escondas a mi súplica. Atiende y respóndeme. Estoy abatido en mi tristeza y conturbado. Estoy aturdido por los gritos del enemigo, ante la opresión del malvado, pues me echan encima el infortunio y me persiguen con furor. Apiádate de mí, ¡oh Dios! porque me persiguen los hombres, me oprimen y combaten constantemente. Sin cesar me persiguen mis enemigos, pues son muchos los que me combaten. Oh Altísimo Cuando yo temo4, en ti confío. Ten piedad de mí, ¡oh Dios! ten piedad de mí, porque a ti he confiado mi alma y me ampararé a la sombra de tus alas mientras pasa la desgracia. Yo invocaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece. El mandará de los cielos y me salvará, y confundirá a los que me acosan. Seláh. Mandará Dios su gracia y verdad. ¿Hacéis justicia en verdad, oh jueces? ¿Juzgáis rectamente a los hijos de los hombres? Más bien a sabiendas obráis la iniquidad; vuestras manos hacen que en la tierra domine la violencia." los impíos se han desviado desde el seno (materno); los mentirosos se han extraviado desde el vientre." ¡Líbrame de mis enemigos, Dios mío! ¡Protégeme contra los que se alzan contra mí! ¡Líbrame de los que obran iniquidad, sálvame de los hombres sanguinarios! Porque he aquí que ponen asechanzas a mi vida y se conjuran contra mí los poderosos;" Cuando venció a Aram Naharayim y a Aram de Soba, y se volvió Joab, y derrotó en el Valle de la Sal a doce mil edomitas. Tú, ¡oh Dios! nos rechazaste y nos destrozaste. Te airaste. ¡Restituyenos! Hiciste temblar nuestra tierra y la quebraste. Sana sus quiebras, porque vacila. Oye, ¡oh Dios! mi clamor, atiende a mi oración. Desde el cabo de la tierra clamo a ti cuando se angustia mi corazón. Elévame sobre la roca y dame el reposo, pues tú eres mi refugio, la torre fortificada frente al enemigo. Sólo en Dios se aquieta mi alma, pues de El (viene) mi salvación. El sólo es mi roca y mi salvación, mi ciudadela: no vacilaré jamás. ¿Hasta cuándo habéis de ensañaros contra un hombre, golpeando todos en brecha como contra pared inclinada, como contra muro ruinoso? Elohim, tú eres mi Dios; a ti te busco solícito; sedienta de ti está mi alma; mi carne languidece en pos de ti como tierra árida, sedienta, sin aguas." ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Porque es tu piedad mejor que la vida. Te alabarán mis labios. Oye, ¡oh Dios! la voz de mis quejas, defiende mi vida del terrible enemigo;" protégeme de la conjuración de los malvados, de la conspiración de los obradores de iniquidad, que afilan como espada su lengua y lanzan como flechas amargas palabras, A ti, ¡oh Dios! se te debe la alabanza en Sión, y a ti el cumplimiento de los votos;" a ti, que escuchas las plegarias, a ti recurren todos los hombres. Prevalecen sobre nosotros las obras de iniquidad, y nuestras transgresiones tú las perdonas. ¡Aclamad a Dios la tierra toda Salmodiad la gloria de su nombre, dadle la gloria de alabanza. Decid a Dios: ¡Cuan admirables son tus obras! Por la grandeza de tu poder te lisonjearán tus enemigos. Póstrese toda la tierra ante ti y entone salmos a tu nombre. Seláh. Apiádese Dios de nosotros y bendíganos, haga resplandecer su faz sobre nosotros. Selah. Para que se conozcan en la tierra tus caminos y tu salvación entre todas las gentes. Alábente, ¡oh Dios! los pueblos, celébrente los pueblos todos. ¡Alzase Dios! Se dispersan sus enemigos y huyen a su vista los que le odian. Se desvanecen como se desvanece el humo; como al fuego se funde la cera, perecen los impíos ante la presencia de Dios." ¡Alégrense, por el contrario, los justos y exulten, salten de de júbilo en presencia de Dios! Sálvame, ¡oh Dios! porque las aguas han entrado hasta el alma. Húndeme en profundo cieno, donde no puedo hacer pie; me sumerjo en aguas profundas, y me arrastra la corriente." Cansado estoy de clamar, se abrasa mi garganta y desfallecen mis ojos en espera de mi Dios. Ven, ¡oh Dios! a librarme; apresúrate, ¡oh Yahvé! a socorrerme." Sean confundidos y avergonzados los que buscan mi vida, puestos en huida y cubiertos de ignominia los que se alegran de mi mal. Vuelvan avergonzados la espalda los que gritan: ¡Ea! ¡Ea! en tu justicia líbrame y sálvame, inclina a mí tus oídos y sálvame. Sé para mí roca de refugio donde pueda ampararme. Tú has resuelto mi salvación, porque eres mi baluarte y mi fortaleza. Sálvame, Dios mío, de las manos del malvado, de las manos del perverso y del violento. para que juzgue a tu pueblo con justicia, y a tus oprimidos con equidad. Aporten los montes la paz para el pueblo, y los collados la justicia. Haga justicia a los oprimidos del pueblo, salve a los hijos del menesteroso y quebrante a los opresores. Estaban a punto de deslizarse mis pies, por nada resbalaban mis pasos, pues tuve envidia de los insensatos viendo la paz de los impíos. Pues no hay para ellos tormentos; están sanos y rollizos." Acuérdate de tu comunidad, que desde antiguo adquiriste, la que redimiste como tribu de tu heredad; del monte Sión, en que pusiste tu morada." Dirige tus pisadas hacia estas ruinas sin fin. El enemigo lo ha saqueado todo en el santuario. Rugían tus enemigos en el lugar de tu asamblea y pusieron allí por trofeos sus enseñas. Dárnoste gracias, ¡oh Dios! dárnoste gracias; invocamos tu nombre y narramos tus proezas." ”Cuando me tome el tiempo (oportuno), juzgaré justamente. Aunque la tierra vacile con todos sus habitantes, yo afirmaría sus columnas. Selah. Dios se da a conocer en Judá, grande es su nombre en Israel. Tiene en Salem su tabernáculo, su morada en Sión. Allí rompe los rayos del arco, el escudo, la espada y todo aparato bélico. Yo alzo mi voz a Dios y clamo, alzo mi voz a Dios y El me escucha. En el día de mi tribulación yo busqué al Señor, y se alzaban a El mis manos sin descanso por la noche. Me acuerdo de Dios y gimo; medito, y languidece mi espíritu. Selah." Abriré en sentencias mi boca, evocaré los arcanos del pasado: lo que hemos oído y sabemos, lo que nos contaron nuestros padres, No lo encubriremos a sus hijos, contando a las generaciones posteriores las glorias de Yahvé y su poderío y los nuestros padres enseñar a sus hijos, Dieron los cadáveres de tus siervos por pasto a las aves del cielo, y la carne de tus piadosos a las fieras de la tierra. Derramaron como agua su sangre en los alrededores de Jerusalén, sin que hubiese quien les diera sepultura. Somos el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y el ludibrio de los que nos rodean. ¡Oh Pastor de Israel! apresta el oído. Tú que conduces a José como un rebaño, que te sientas sobre los querubines, muéstrate esplendoroso ante Efraím, Benjamín y Manases. Despierta tu poder, ven y sálvanos. ¡Oh Dios! restaúranos, haz esplender tu rostro, y seremos salvos. Saltad de júbilo en honor de Dios, nuestra fuerza; aclamad al Dios de Jacob." Entonad un cántico, tocad los címbalos, la dulce cítara y el arpa. Haced resonar en el novilunio la trompeta, en el plenilunio, en nuestra fiesta. ”¿Hasta cuándo juzgaréis falsamente, haciendo con los impíos acepción de personas?” Selah. Haced justicia al débil y al huérfano; tratad justamente al desvalido y al menesteroso;" librad al débil y al pobre, sacadlo de las garras del impío. No permanezcas silencioso, ¡oh Dios! no enmudezcas, no te aquietes, ¡oh Dios! Mira que bravean tus enemigos y yerguen la cabeza los que te aborrecen. Tienden asechanzas a tu pueblo y se conjuran contra tus protegidos. ¡Cuan amables son tus moradas, oh Yahvé de los ejércitos! Mi alma ha suspirado hasta desfallecer por los atrios de Yahvé, mi corazón y mi carne saltan de júbilo por el Dios vivo. Halla una casa el pájaro, y la golondrina donde poner sus polluelos; cerca de tus altares, ¡oh Yahvé de los ejércitos, Rey mío y Dios mío!" Has sido complaciente con tu tierra, ¡oh Yahvé! Has hecho volver a los cautivos de Jacob. Has perdonado la iniquidad de tu pueblo y has ocultado todos sus pecados. Has apartado todo tu furor y has alejado el ardor de tu cólera. Guarda mi alma, pues que soy tu devoto; salva, mi Dios, a tu siervo, que en ti confía." Ten piedad de mí, ¡oh Yahvé! pues te invoco todo el día. Alegra el alma de tu siervo, porque a ti, ¡Señor! alzo mi alma. Ama Yahvé las puertas de Sión más que todas las moradas de Jacob. Muy gloriosas cosas se han dicho de ti, ciudad de Dios. Selah. Contaré a Rahab y a Babilonia entre los que me conocen; he aquí a la Filistea y a Tiro juntamente con Etiopía. ¡Estos allí nacieron!" ¡Oh Yahvé, Dios mi Salvador! Grito de día y gimo de noche ante ti. Llegue mi oración a tu presencia, inclina tu oído a mi clamor. Pues harta de males está mi alma, y mi vida al borde del sepulcro. Cantaré siempre lats piedades cíe Yahvé y daré a conocer por mi boca de generación en generación tu fidelidad. Porque dijiste: “La piedad es eterna.” Cimentaste en los cielos tu fidelidad. “He hecho alianza con mi elegido, he jurado a David, mi siervo: Antes de ser engendrados los montes y de ser formada la tierra y el orbe eres tú, ¡oh Dios! desde la eternidad y para siempre. Haces volver al hombre al polvo, diciendo: “Volved, hijos de Adán!” Porque mil años son a tus ojos como el día de ayer, que pasó; como una vigilia de la noche." diga a Dios: “Tú eres mi refugio y mi ciudadela, mi Dios, en quien confío.” Pues El te librará de la red del cazador y de la peste extermin adora;" te cubrirá con sus plumas, hallarás seguro bajo sus alas, y su fidelidad te será escudo y adarga. Bueno es alabar a Yahvé y cantar a tu nombre, ¡oh Altísimo! publicar de mañana tu piedad y de noche tu fidelidad, al salterio decacordio y a la lira, con las melodías del arpa. Firme tu trono desde el principio, desde la eternidad eres tú. Alzan los ríos, ¡oh Yahvé! elevan los ríos su voz, alzan los ríos su estrépito. Más que los bramidos de las aguas tumultuosas, más que los furores del mar es magnífico Yahvé en la alturas. Álzate, Juez de la tierra; da a los soberbios su merecido." ¿Hasta cuándo los impíos, ¡oh Yahvé! hasta cuándo los impíos triunfarán, hablarán proterva y jactanciosamente y discursearán con arrogancia todos los obradores de iniquidad? Lleguémonos a El con alabanzas, aclamémosle con salmos. Porque Dios grande es Yahvé, Rey grande sobre todos los dioses, que tiene en sus manos las profundidades de la tierra y suyas son también las cumbres de los montes. Cantad a Yahvé y bendecid su nombre, anunciad de día en día su salvación. Contad su gloria entre las gentes, en todos los pueblos sus maravillas. Porque grande es Yahvé y digno de toda alabanza, terrible sobre todos los dioses, Hay en torno de El nube y calígine; la justicia y el juicio son la base de su trono." Precédele fuego, que abrasa en derredor a todos sus adversarios;" sus rayos alumbran el mundo; tiembla la tierra al verle." Ha manifestado Yahvé su salvación y ha revelado su justicia a los ojos de las gentes. Se ha acordado de su benignidad y de su fidelidad a la casa de Israel; todos los confines de la tierra vieron la victoria de nuestro Dios." Saltad de júbilo ante Yahvé toda la tierra, haced resonar los gritos, las ovaciones y los salmos. Grande es Dios en Sión y excelso sobre todos los pueblos. Que alaben tu nombre, grande y temible: es el Santo. Y tú eres el Rey poderoso que ama la justicia: tú estableciste la rectitud y el derecho, tú hiciste en Jacob justicia. Servid a Yahvé con júbilo, venid gozosos a su presencia. Sabed que Yahvé es Dios, que El nos hizo, y suyos somos: su pueblo y la grey de su pastizal. Entrad por sus puertas dándole gracias, en sus atrios alabándole; dadle gracias y bendecid su nombre." Quiero entender el camino de los íntegros. ¿Cuándo vendrás a mí? Andaré yo en integridad de corazón en mi casa. No pondré ante mis ojos cosa vil *; aborrezco el proceder de los apóstatas, no se me pegará." Lejos de mí estará el corazón perverso; no conozco al malvado." Escucha, ¡oh Yahvé! mi oración y llegue a ti mi clamor. No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina tus oídos a mí: cuando te invoco, apresúrate a oírme." Pues se desvanecen como humo mis días y se tuestan mis huesos como en horno. ¡Bendice, alma mía, a Yahvé y no olvides ninguno de sus favores El perdona todas tus faltas y sana todas tus dolencias;" El rescata tu vida del sepulcro y te corona de piedad y de misericordia;" envuelto de luz como de un manto; despliegas los cielos como una tienda;" edificas sobre las aguas tus moradas superiores. Haces de las nubes tu carro, avanzando sobre las alas del viento. Tienes por mensajeros a los vientos, y por ministros llamas de fuego. Cantadle y entonadle salmos, referid todas sus maravillas, Gloriaos en su santo nombre, alégrese el corazón de los que buscan a Yahvé. Buscad a Yahvé y su poder, buscad siempre su rostro. ¿Quién podrá contar las gestas de Yahvé y pregonar todos sus loores? Bienaventurados los que observan el derecho, los que obran justicia en todo tiempo. Acuérdate de mí, ¡oh Yahvé! en tu benevolencia hacia tu pueblo; visítame con tu auxilio" Digan así los rescatados de Yahvé, los que El redimió de manos del opresor y los que reunió de entre las tierras: del oriente y del occidente, del aquilón y del austro. Andaban errantes por el desierto solitario, sin hallar camino para ciudad habitada. Pronto está rni corazón, ¡oh Dios! Quiero cantar y entonar salmos. Despierta, gloria mía; despertad, salterio y cítara, y despertaré a la aurora." Quiero alabarte entre los pueblos, ¡oh Yahvé! y cantarte salmos entre las naciones. porque la boca del impío y del doloso se abre contra mí. Me hablan con lengua engañosa. Rodéanme de palabras de odio y me combaten sin causa En pago de mi amor me acusaban, y yo no hago más que orar. Extenderá Yahvé desde Sión tu poderoso cetro6: “Domina en medio de tus enemigos.” Tu pueblo (se ofrecerá) espontáneamente en el día de tu poder; sobre los montes sagrados será para ti como rocío del seno de la aurora tu juventud.” Ha jurado Yahvé y no se arrepentirá: “Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.” Guímel Grandes son las obras de Yahvé, Dalet dignas de investigarse para los que en ellas se deleitan. He Su obra es esplendor y magnificencia, Wau y su justicia permanece para siempre. Zain Hizo memorables sus maravillas; Jet Yahvé es clemente y compasivo." Guímel Su descendencia será poderosa sobre la tierra, Dalet y la generación de los justos será bendecida. He Habrá en su casa hacienda y riquezas, Wau y su justicia permanecerá por siempre. Zain En las tinieblas resplandece como luz para los rectos; Jet es clemente, compasivo y justo." Sea bendito el nombre de Yahvé desde ahora y por siempre. Desde el levante del sol hasta su ocaso sea ensalzado el nombre de Yahvé. Excelso sobre todas las gentes es Yahvé; su gloria es más alta que los cielos." hizo de Judá su santuario, y de Israel su imperio. Viole el mar, y huyó; el Jordán se echó para atrás;" dieron saltos los montes como carneros, y los collados como corderos. ¿Por qué han de decir las gentes: “Dónde está su Dios”? Está nuestro Dios en los cielos, y puede hacer cuanto quiere. Sus ídolos son plata y oro, obra de la mano de los hombres;" porque inclinó a mí sus oídos en el día en que le invoqué. Prendido me habían los lazos de la muerte, me habían sorprendido las ansiedades del “seol”; yo había encontrado la angustia y la tristeza" E invoqué el nombre de Yahvé: “¡Libra, oh Yahvé, a mi alma!” por que poderosamente (se ha manifestado) sobre nosotros su piedad y la verdad de Yahvé (permanece) para siempre. ¡Aleluya! Diga la casa de Israel: porque es eterna su piedad. Diga la casa de Aarón: que es eterna su piedad. Digan los temerosos de Yahvé: que es eterna su piedad. Bienaventurados los que guardan sus testimonios y con todo su corazón le buscan. Los que no cometieron iniquidad alguna y marchan por sus caminos. Tú has promulgado tus preceptos para que sean guardados con diligencia. Libra, Yahvé, mi alma del labio mendaz, de la lengua fraudulenta. ¿Qué se te dará y qué se te añadirá, oh lengua dolosa? Saetas agudas de un fuerte con carbones de retama. Mi protección (ha de venir) dé Yahvé, el Hacedor de los cielos y la tierra. No consentirá que resbalen tus pies; no dormirá tu custodio." He aquí que no dormirá, no dormitará el que guarda a Israel. Estuvieron nuestros pies en tus puertas, ¡oh Jerusalén! Jerusalén, edificada como ciudad, bien unida y compacta;" adonde suben las tribus, las tribus de Yahvé, según la norma (dada) a Israel para celebrar el nombre de Yahvé. Como (están atentos) los ojos del siervo a las manos de su señor, como los ojos de la esclava a la mano de su señora, así (se alzan) nuestros ojos a Yahvé, nuestro Dios, para que se compadezca de nosotros. Senos propicio, Yahvé; senos propicio, porque estamos del todo hartos de menosprecios." Muy harta está nuestra alma del escarnio de los pudientes y del desprecio de los soberbios. A no haber estado Yahvé por nosotros cuando se alzaron contra nosotros los hombres, vivos nos habrían tragado entonces, cuando ardía su ira contra nosotros. Ya entonces nos habrían sumergido las aguas, hubiera pasado sobre nuestra alma un torrente;" Está Jerusalén rodeada de montes, y así circunda Yahvé a su pueblo desde ahora y por siempre. De cierto no permanecerá el cetro de los impíos sobre el lote de los justos, para que no tiendan los justos sus manos a la iniquidad. Colma, ¡oh Yahvé! de bienes a los buenos, a los rectos de corazón. Llenóse entonces de risa nuestra boca y de exultación nuestra lengua. Decían entonces las gentes: “¡Magníficamente ha obrado con éstos Yahvé!” Realmente ha estado con nosotros magnífico Yahvé, nos sentimos gozosos. Restaura, Yahvé, nuestra suerte, como a los torrentes del Negueb. Vano os será madrugar, acostaros tarde y que comáis el pan del dolor, pues lo da a sus amados aunque duerman. Don de Yahvé son los hijos; es merced (suya) el fruto del vientre." Lo que las saetas en la mano del guerrero, eso son los hijos de los años mozos. Porque comerás del trabajo de tus manos, serás feliz y bienaventurado. Tu mujer será como fructífera parra en el interior de tu casa. Tus hijos, como renuevos de olivo en derredor de tu mesa. Así ciertamente será bendecido el varón que teme a Yahvé. ”Mucho me han atribulado desde mi adolescencia, pero no prevalecieron contra mí.” Aradores araron sobre mis espaldas, trazando largos surcos. Pero es justo Yahvé, y rompió las coyundas de los impíos. Oye, Señor, mi voz; estén atentos tus oídos a la voz 'de mi súplica." Si guardas, Yahvé, los delitos, ¿quién, ¡oh Señor! podrá subsistir? Pero eres indulgente4 para que seas temido. Antes he reprimido y acallado mi alma como niño destetado de su madre, como niño destetado está mi alma. Espera, Israel, en Yahvé desde ahora y por siempre. Cómo juró a Yahvé e hizo voto al Fuerte de Jacob: “No entraré en la tienda de mi casa ni subiré al lecho de mi descanso;" no daré a mis ojos el sueño ni reposo a mis párpados Es cual exquisito ungüento sobre la cabeza que desciende hasta la barba, la barba cíe Aarón, y baja hasta la orla de sus vestidos. Como el rocío del Hermón, que desciende sobre los montes de Sión, pues allí envía Yahvé la bendición, la vida eterna. Alzad vuestras manos al santuario y bendecid a Yahvé. Desde Sión bendígate Yahvé, Hacedor de cielos y tierra. los que estáis en la casa de Yahvé, en los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad a Yahvé, porque es bueno; cantad salmos a su nombre, porque es complaciente." Porque eligió para sí Yahvé a Jacob, a Israel por posesión suya. Alabad al Dios de los dioses, porque eterna es su piedad. Alabad al Señor de los señores, porque eterna es su piedad. Al que es único en hacer portentos, porque eterna es su piedad. De los sauces que hay en medio de ella, colgábamos nuestras cítaras. Allí los que nos tenían cautivos nos pedían canciones; los que nos habían llevado atados, alegría: “Cantadnos algunos de los cantos de Sión.” ¿Cómo habíamos de cantar las canciones de Yahvé en tierra extranjera? Me prosternaré ante tu santo templo y cantaré tu nombre por tu piedad y tu verdad, pues has magnificado sobre todas las cosas tu nombre y tu palabra. Cuando te invoqué, me oíste, y dilataste la fuerza en mi alma, Te alabarán, ¡oh Yahvé! todos los reyes de la tierra cuando oigan las palabras de tu boca. tú conoces cuándo me siento y cuándo me levanto, y de lejos entiendes mi pensamiento. Disciernes cuándo camino y cuándo descanso, te son familiares todas mis sendas. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y ya tú, Yahvé, lo sabes todo. Líbrame, ¡oh Yahvé! del hombre malo, presérvame de los hombres violentos, de los que maquinan el mal en el corazón y todo el día excitan contiendas. Afilan su lengua como serpientes, tienen bajo sus labios el veneno del áspid. Seldh. Séate mi oración como incienso en tu presencia, y el alzar a ti mis manos como oblación verpertina. Pon, Yahvé, guardia a mi boca, centinelas a la puerta de mis labios, No dejes que se incline al mal mi corazón, a hacer impías maldades; con los hombres que cometen iniquidad no tenga yo parte en sus suntuosos banquetes." Clamo con mi voz a Yahvé, a Yahvé imploro piedad con mi voz. Derramo ante El mi querella, expongo ante El mi angustia. Mientras en mí languidece mi espíritu, tú conoces mis sendas y que en el camino por donde voy me han escondido una trampa. No entres en juicio con tu siervo, pues ante ti no se justifica ningún viviente. Pues persigue el enemigo a mi alma; ya ha postrado en tierra mi vida, me ha hecho habitar en las tinieblas como a los muertos de mucho ha." Languidece en mí el espíritu, y mi corazón se estremece dentro de mí. Es mi fuerza y mi ciudadela, mi fortaleza y mi libertador, mi escudo; en El confío. El me somete los pueblos." ¡Oh Yahvé! ¿Qué es el hombre para que de él te cuides? ¿Qué el -hijo del hombre para que pienses en él? Es el hombre semejante a un soplo; sus días son como sombra que pasa." Bet: Quiero bendecirte todo el día y alabar tu nombre por siempre jamás. Guímel: Es grande Yahvé y digno de toda alabanza; su grandeza es inescrutable." Dalet: Una generación pondera a otra tus gestas y anuncia tu poder. Alabe yo a a Yahvé en mi vida, cante salmos a mi Dios mientras exista. No confiéis en los príncipes, en los hijos del hombre, que no salvan. Sale su espíritu y torna a la tierra, y en ese día perecen todos sus designios. Reedifica Yahvé a Jerusalén y reúne a los dispersos de Israel. El sana a los de quebrantado corazón y venda sus heridas. El cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre. Alabadle vosotros sus ángeles todos, alabadle vosotros todos sus ejércitos. Alabadle, sol y luna; alabadle, todas las lucientes estrellas." Alabadle, cielos de los cielos, y las aguas de sobre los cielos. Alégrese Israel en su Hacedor, exulten por su rey los hijos de Sión. Alaben su nombre con danzas, entonen salmos con tímpanos y cítaras. Porque se complace Yahvé en su pueblo, y de salvación adorna a los humildes. Alabadle por sus hazañas, alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Alabadle al son de las trompetas, alabadle con el salterio y la cítara. Alabadle con tímpanos y danzas, alabadle con las cuerdas y la flauta.
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